La cicatriz de los 45 años de división aún es visible, pero las diferencias entre los "ossis" (alemanes del Este) y "wessis" (ciudadanos del Oeste) son cada vez menos marcadas. La Alemania reunificada cumple hoy 25 años, un período en el que la brecha entre los cinco estados que conformaban la antigua República Democrática (RDA, comunista, del Este) y los 10 estados de la entonces República Federal Alemana (RFA, capitalista, del Oeste), marcados por dos sistemas políticos y económicos antagónicos, se ha ido reduciendo, aunque todavía no desaparece del todo.
Eso queda en evidencia en el informe "25 años de la unidad alemana" de la Oficina Federal de Estadística germana (Destatis) dado a conocer esta semana, donde los estados orientales son más pobres (o menos ricos), con más desempleo, con una población más envejecida y donde sólo la mitad de las familias responden al "modelo tradicional".
Así, mientras la renta per cápita en los estados occidentales estaba muy cerca de los 33.400 euros en 2013, en los orientales se situaba entre los 22.800 y los 24.200 euros. De cualquier forma, el desempeño económico en los nuevos estados federados ha crecido en este cuarto de siglo. Si en 1991, los estados que conformaban la RDA (incluido Berlín) aportaban el 11% del PIB de Alemania, en 2013 este porcentaje llegó a 15%. Y el PIB per cápita en el Este se ha duplicado.
En cuanto al empleo, en el pasado quedaron las enormes tasas de desocupación que se produjeron en el Este tras la reunificación. En su momento alcanzó un 17,7 %, pero ahora está en 9,8%. De todas formas es una cifra muy por encima del 5,9 % que registran los estados del oeste. El desempleo en 2014 en toda Alemania fue de 6,7%, el nivel más bajo desde 1992. En cuanto a la precariedad laboral, se ha emparejado, pero para mal: tras la reunificación el 76% de los trabajadores del oeste y el 83% de los del este tenían un trabajo estable y de jornada completa, sin embargo ahora esos porcentajes han bajado a 67% y 70,5%, respectivamente.
Para muchos alemanes orientales el capítulo que aún está en deuda es el de las pensiones, ya que ahí son inferiores y basadas en un cálculo diferente según el estado de residencia.
La reunificación produjo cambios demográficos que redundaron en un envejecimiento de la población oriental. De esta forma, los mayores de 65 años representan el 24% de la población, 10 puntos más que 1990 y cuatro puntos más que la población de tercera edad en el Este.
El envejecimiento es el resultado, según el informe, de "los intensos movimientos migratorios" que se registraron en el país desde el fin del muro de Berlín, así como la caída a más de la mitad de los nacimientos. Entre 1991 y 2013, 3,3 millones de ciudadanos del Este se trasladaron a vivir al Oeste, y sólo 2,2 millones de se mudaron al Este desde los estados vecinos. Entre la migración y la baja de nacimientos los länder orientales perdieron dos millones de habitantes: de 14,5 millones a fines de 1991 a 12,5 millones de habitantes en 2013.
Precisamente este último año, los estudios muestran que por vez primera el Este recibió más inmigrantes procedentes del Oeste de los que salieron en sentido inverso, principalmente gracias a la atracción ejercida por la ciudad de Berlín.
De la misma forma, los "tipos" de familia marcan diferencias entre Este y Oeste. En Occidente el 75% de las parejas con hijos están casadas, mientras que el Oriente esa cifra baja a 52%. En el Este sigue siendo más elevado el porcentaje de parejas de hecho con hijos (22%) que en el oeste (7%) y también el de familias uniparentales (26% versus 18%).
La presencia de la mujer en el mercado laboral juega a favor en los estados del Este, una herencia de la RDA. En el Este, el 69 % de las madres trabaja fuera de casa y el 37% tiene un empleo de más de 32 horas semanales, porcentaje que cae al 13% en el Oeste. En esa parte de Alemania, por el contrario, predominan las familias en las que sólo un miembro de la pareja tiene trabajo remunerado o en las que el salario del hombre es el principal ingreso del hogar.
En cuanto a los residentes extranjeros en Alemania, estos representan al 9% de la población del país. Pero mientras ese porcentaje se eleva por encima del 12% en varios estados federados del Oeste, en el Este se queda por debajo del 3%. Paradójicamente es en los länder orientales donde hay más grupos xenófobos, más temor a la inmigración y más rechazo a las oleadas de refugiados que llegan al país y que, según las normas federales, deben repartirse proporcionalmente entre todos los estados. Un 24% de la población alemana nació tras la reunificación.