Estaban de viaje, recuerda Alvaro Solar, cantante de Protistas, y a casi cinco años de comenzar su tránsito, el grupo entraba a un período donde se preguntaban: ¿para qué seguir? "No lo hacíamos buscando razones para separarnos, sino para pensar, realmente, por qué estábamos en esto", relata. En medio de ese debate, Solar recibió la noticia de que su padre había muerto: "Ya poniéndolo en perspectiva, te vas dando cuenta que pasas mucho tiempo con estas personas y que cuando recibes una noticia así, es el grupo el que la recibe contigo".

Emergiendo tras ese ciclo, aparece una banda con otra estatura. Una que se apronta a lanzar su nuevo disco, Nefertiti, en el show más estelar de su carrera: la cita es hoy en el Teatro Cariola (Puntoticket) y luego que esta semana sufrieran el robo de sus instrumentos.

El grupo presenta su tercer álbum, uno que marca una distancia notoria a nivel técnico desde su debut, Nortinas War. Ahora es pop con otras coordenadas: tejido entre guitarras oscuras, entre estructuras que pueden extenderse hasta ocho minutos. Nefertiti fue registrado en Estudios del Sur, hasta donde el cuarteto viajó en busca de un sonido análogo, asegurado entre cintas y equipos vintage. "Ocupamos, también, el micrófono con que grabó Violeta Parra", dice el guitarrista. Luego remata: "Nunca se trató de dar con un sonido antiguo porque sí. Lo que tiene Nefertiti es un sonido atemporal, y eso es lo que buscábamos con todos estos elementos".