"Yo trabajaba como profesor jefe del Juventud 2000, programa de búsqueda de ta-lentos de Colo Colo, y se organizó un campeonato de escuelas de fútbol de la ANFP. Visité todas las del club y en San Joaquín me encontré con Jorge Valdivia. Tenía nueve años. Era muy hábil e inteligente, así es que lo cité. Fue la gran figura de la Sub 9 campeona. También lo llamé para la final de la Sub 10, que era ante la 'U'. Lo tenía en la banca. El partido estaba apretado y en el entretiempo conversamos con José Pekerman, el jefe del proyecto, y decidimos que lo mejor era hacer ingresar a Jorge. La modificación fue precisa. El equipo cambió mucho y ganamos".
Hernán Castro es la persona que descubrió al "Mago". El hoy entrenador de Deportes Quilicura, de la Tercera División, agrega que "por entonces no se dimensionaba el futuro que tenía, pero ya se sabía que era talentoso".
De a poco lo ratificó, como confirma Luis Baquedano, actual gerente del fútbol albo: "Siempre fue el mejor en todas las categorías".
Sin embargo, el camino al estre-llato demoró más de lo presupuestado. Por un tiempo, los problemas lo siguieron. Además, Roberto Hernández y Jaime Pizarro descartaron su llegada al primer equipo de Colo Colo.
A juicio de Luis Valdivia, su padre y representante, ese fue uno de los momentos más complicados de su ca-rrera. "Fue difícil ser desechado por el club que lo formó, después de muchos años de trabajo", relata.
Su debut se produjo en Universidad de Concepción, donde llegó en 2003 buscando una revancha. "Jorge llegó con mucha rabia. Pizarro no lo quiso, así es que estaba picado. Le explicamos que se tenía que ganar el puesto y que para eso hay que demostrar madurez", reconoce Fernando Solís, compañero en la "U" penquista.
En el sur afloró el talento de Valdivia. "Ese año partimos complicados. Las cosas comenzaron a cambiar contra Unión Española, en Concepción. Por primera vez Jorge era titular y ganamos. Después de eso no salió nunca y empezamos a levantar, al punto que clasificamos a la Libertadores", añade.
Lo que mostró en Concepción y en el Preolímpico de 2004 le abrieron las puertas del Rayo Vallecano, de la Segunda División española. Los resultados no fueron los esperados. Jugó poco y con el arribo a la banca de Txetxu Rojo vio aún menos acción.
Jorge D'Alessandro, el técnico que lo llevó, cuenta que "la adaptación al fútbol europeo no es fácil. Creo que le afectó su estilo ligeramente individua-lista. Además, el club vivía una situación inestable y el ambiente estaba convulsionado".
El argentino Leonardo Biagini fue su compañero ahí y recuerda que "a mí me encantaba cómo jugaba, pero en la Segunda española no encajaba, porque es muy defensiva. Para él habría sido mucho más fácil jugar en Primera".
Después vino Servette, donde tuvo algunos flashes de brillantez, pero la insolvencia del cuadro dijo otra cosa y debió regresar a Chile, donde en 2005 por fin pudo estrenarse en Colo Colo.
"De sus experiencias en Europa sacó lecciones. En España tuvo pocas oportunidades, sin embargo, en Suiza jugo más y pudo agregarle la dinámica que se utiliza allá a sus cualidades. De no mediar la quiebra del club, creo que se habría quedado allá", cuenta Luis Valdivia.
Por fin en casa
Miguel Ramírez lo recibió a su vuelta al Monumental. "Jorge estaba creciendo dentro de un equipo protagonista. No tuvo problemas para adaptarse, fue jugando más y equivocándose menos. Fue importante para el grupo, aunque creo que su irrupción se produjo cuando llegó Claudio Borghi a la banca", analiza.
Su padre, en cambio, le da más créditos a Fernando Díaz, aunque no descarta lo hecho por el "Bichi". "Fue bajo su dirección, en la 'U' de Concepción, que Jorge donde pudo mostrar todo lo que sabía".
Con el "Cacique" el "Mago" gana el Apertura 2006, título del que fue uno de sus principales figuras, y parte a Palmeiras. Las dificultades quedan definitivamente atrás y en Brasil se convierte en ídolo, condición que mantiene en el Al Ain y la Selección, donde después de varias postergaciones se ganó un lugar y son muchos los que lo piden como el conductor titular en Sudáfrica. Como otros entrenadores en el pasado, Marcelo Bielsa tiene la palabra para permitir que el talento de Jorge Valdivia explote, esta vez, en un Mundial.