Hace tres años, Jorge McKay (en la foto) volvió a sus orígenes. El empresario, creador de la chocolatería La Fête, es tataranieto de Alexander McKay, el escocés que en 1892 fundó la empresa de confites que llevaba su apellido y que en 1989 fue adquirida por Nestlé.

Jorge fue el último que alcanzó a trabajar en la firma y luego pasó al mundo del vino, donde fue gerente de las viñas Sutil y Caliterra y director de Wines of Chile.

Sin embargo, la inquietud por armar un proyecto ligado a la tradición familiar siempre estuvo latente. Por ello, en 2006, junto a sus amigos Giancarlo y Pablo Fantoni, decidió entrar al rubro de la chocolatería fina y crearon Chocolates del Mundo, la matriz de La Fête. "Fue un proceso entretenido y complejo, porque en Sudamérica este tipo de empresas no son muy comunes", dice McKay.

En La Dehesa inauguraron la primera tienda de La Fête y fue un éxito. "Más de lo que esperábamos", sostiene. Al inicio, tenían un portafolio de 70 productos, como una edición limitada de bombones, chocolates sólidos y galletas. Hoy la oferta se ha ampliado a 130 productos y seis tiendas en Santiago y una en Zapallar.

Y seguirán sumando posiciones con la apertura de una tienda en el casino Monticello, de San Francisco de Mostazal, la primera semana de septiembre, y otra en el edificio Territoria 3000, a comienzos de octubre.

Con eso finalizan las aperturas de tiendas durante este año, no por falta de planes, sino que la compañía guardará sus energías para Navidad, "nuestra época más fuerte en ventas", dice el empresario. Sólo esa festividad representa un tercio de las ventas anuales. Le sigue en importancia el Día de la Madre.

Para el próximo año, La Fête (La Fiesta, en francés) tiene planeado comenzar con fuerza la apertura de tiendas en regiones e iniciar la aventura exportadora. "Lo más seguro es que exportemos a Estados Unidos y Perú y es un reto mayor, porque la logística es importante y el mantenimiento de la cadena de frío también", dice.

Y es que las expectativas de la empresa son positivas, sobre todo porque han pasado con calma la crisis económica. "No hemos notado baja de ventas en nuestras tiendas", dice y agrega que cerrarán 2009 con una facturación de US$ 3 millones, un 35% más que el año pasado. "La gente tal vez no vaya tanto a restaurantes, pero sí se da un gusto de vez en cuando comiendo chocolates", dice.

Con todo, reconoce que el área institucional -chocolates que venden a empresas- sí se ha visto afectada por los recortes en los presupuestos que las firmas han hecho. "Pero ahora estamos notando un repunte", sostiene.