Eran cercanos. Al punto de que en un momento, cuando era Presidente de Colombia, Alvaro Uribe convirtió a Juan Manuel Santos en su ministro de Defensa y delfín político. Santos se convirtió en sucesor de Uribe en 2010, pero desde entonces ambos se han convertido en acérrimos enemigos, al punto de ventilar sus diferencias por Twitter.
Pero por primera vez en cuatro años, estas disputas podrían complicar realmente al Presidente Santos. Ello, porque mañana tendrán lugar las elecciones legislativas en las que un nuevo partido creado por Uribe es favorito. Durante su gestión (2002-2010) Uribe cambió la Constitución para que se permitiera su reelección. No obstante, no se permite que un presidente vuelva a postular a la Casa de Nariño.
Por ello, la estrategia de Uribe es liderar desde el Senado la oposición a Santos, quien se presentará a la reelección en mayo, y cuestionar desde ahí el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).
Los colombianos votarán para elegir a 102 senadores y 167 representantes (2014-2018), en unos comicios muy importantes que definirán si Santos, en caso de ser reelecto, tendrá un Legislativo favorable o en contra.
Según algunas encuestas, el conglomerado de Uribe, Centro Democrático, ganaría las elecciones al Senado con el 30% de los votos, contra un 15% del Partido Liberal y un 11% del Partido de la U. Santos ha gobernado con el apoyo de estos últimos dos conglomerados, que forman parte de una coalición en la que también han participado el Partido Conservador y Cambio Radical.
Esta alianza le ha garantizado a Santos el control de 188 de las 269 bancas del Congreso. Sin embargo, los conservadores pretenden postular como candidata a la Presidencia a Marta Lucía Ramírez, lo que ha generado un impasse con el Ejecutivo. Según los analistas, la gran sorpresa podrían darla los votos en blanco, debido a la alta apatía y a una campaña de rechazo a los comicios. Uribe podría obtener unos 20 senadores.
Según Albert Traver, corresponsal de EFE en Bogotá, "la figura de Uribe, cuyos gobiernos se recuerdan entre escalofríos y nostalgia, ha polarizado la política colombiana y se prevé que el ex presidente obtenga el mejor resultado entre los aspirantes a senador, con cerca de dos millones de votos".
En Colombia al nuevo Legislativo se le conoce como "el Congreso de la Paz", ya que tendrá que respaldar o rechazar los acuerdos que alcance el gobierno en las negociaciones con las Farc. El futuro Parlamento deberá poner en marcha el marco jurídico para la paz que, entre otras materias, permitiría la incorporación a la actividad política de los guerrilleros desmovilizados.
Uribe y sus seguidores defienden la vía militar en lugar de las conversaciones de paz -que han fracasado en ocasiones anteriores- para terminar con el largo conflicto armado. De hecho, durante su gestión, propinó fuertes golpes a la guerrilla.