Durante sus ocho años en la Casa Blanca, George W. Bush prácticamente no utilizó un computador. Sin embargo, el 22 de enero de 2009 -dos días después de dejar la Presidencia-, se animó a escribirle un correo electrónico a Christopher Michel, el más joven de su equipo de redactores de discursos. Bush estaba ansioso y necesitaba que alguien de extrema confianza revisara las primeras páginas de sus memorias. Según el sitio norteamericano The Daily Beast, la historia sobre cómo este periodista de 28 años pasó a integrar el círculo íntimo del ex mandatario republicano se ha convertido en uno de los episodios no contados más intrigantes de la era Bush. De hecho, Michel es el "escritor fantasma" de la autobiografía de Bush que verá la luz este año.
Corría 2003 y Andrew Card, jefe de gabinete de Bush, recibió un consejo de Barbara, una de las hijas del jefe de Estado. "Me dijo, (Michel) es un gran tipo. Trata de conversar con él", contó Card recientemente. Por recomendación de Barbara, ambos se reunieron y poco después, Card contrató a Michel para que formara parte de los redactores de discursos del Presidente. En esa época, Michel tenía apenas 21 años y en su currículum sólo sumaba su experiencia en un periódico de escaso tiraje. Sin embargo, contaba con un antecedente "de peso": era compañero y amigo de Barbara en Yale, la misma universidad donde estudió Bush.
Poco a poco, Michel comenzó a llamar la atención del Presidente debido a su talento innato. Michel era deferente, pero también muy rápido en las respuestas que esperaba Bush de su equipo de asesores. Además de la relación profesional, ambos comenzaron a forjar una fuerte amistad. No era raro que Bush invitara a Michel a fumar a uno de los balcones de la Casa Blanca. Tampoco era extraño que ambos salieran a trotar o se sentaran a ver un programa deportivo. El ascenso de Michel fue rápido y en 2008, Bush lo nombró vicejefe de su equipo de redactores de discursos, encabezado por William McGurn.
Michel escribió el discurso sobre el Estado de la Unión en 2008, las palabras de despedida de Bush en la ONU y las felicitaciones a Barack Obama después de las elecciones. Tan contento estaba Bush con su escritor que cuando le entregaban un discurso, solía llamar a Michel desde su despacho sólo para comprobar si él era el autor. De acuerdo con The Daily Beast, la oficina de Michel en la Casa Blanca contaba con cientos de biografías y autobiografías de presidentes de EE.UU. ordenadas cronológicamente en varios estantes.
Hasta ahora, el título tentativo de las memorias es Decision Points. "Después de haber llegado a la Casa Blanca como interno sin paga en junio de 2003, conocí a mi esposa, me convertí en escritor de discursos y viajé por el mundo en el Air Force One", recordó Michel, quien como otros "escritores fantasmas" dice que Bush es quien está a cargo de todo: "El escribe el primer borrador sobre muchas cosas y luego me lo envía por e-mail". Y cuando se reúnen en la oficina de Bush en Dallas o en el rancho en Crawford, las maratónicas jornadas de trabajo comienzan a las 7.00. Según The New York Times, más que un libro de memorias, la autobiografía de Bush estará centrada en hechos clave de su mandato.