En la conferencia de prensa previa al Maratón de Santiago de este año, la alcaldesa anfitriona, Carolina Tohá, hizo una promesa: "Para la décima versión correré en los 10k". Todos en la sala rieron.
-¿Décima? -se extrañaron algunos- Si el maratón se corre hace 20 años...
Aunque el recuerdo es vago, basta con esforzarse un poco para que aflore. Lo que hoy se conoce como Maratón de Santiago (MDS) es una evolución del antiguo Maratón Internacional de Santiago (MIS), carrera que desde 1990 fue realizada en la capital.
A decir verdad, su génesis se remonta a 1985, cuando comenzó siendo financiado y dirigido por la empresa Química Hoechst y el periodista Patricio Amigo, por lo que llevó el nombre del laboratorio alemán hasta el '90. De ahí hasta 2007 fue renombrada como MIS.
¿Por qué en abril? Otro dato que muchos no saben es que desde el principio se decidió realizar la prueba durante el primer domingo de este mes en homenaje a Carabineros de Chile, quienes eran los únicos que podían permitir y ayudar a dirigir el tránsito en los famosos cortes de calle que se producían durante la prueba.
A los pocos años, el crecimiento y relevancia que adquirió la prueba hizo que en 1992 y por primera vez se afiliara a la AIMS (Association of International Marathons and Distance Races), organismo que rige los maratones de todo el mundo. Era un paso importante, que trajo consigo una mayor connotación regional y continental.
Montar un evento de esa envergadura no era tarea fácil, por lo que la productora Olimpo, con Rodrigo Salas a la cabeza, comenzó a hacerse cargo del certamen.
Salas, quien también se desempeñaba como coordinador de un equipo nacional que año a año corría en el Maratón de Nueva York, quería importar las ideas norteamericanas e implementarlas en Chile.
"Algo que se hacía en Nueva York en ese tiempo era que a los ganadores se les daba un automóvil Mercedes Benz como premio. Yo quise hacer lo mismo, pero de premio a quien batiera el récord y justo Mónica Regonessi lo hizo en 1992 (2:44'19''). Estuve pagando un crédito de tres años por un Citroën ZX", recuerda entre risas. Érika Olivera estuvo a punto de hacer lo mismo cuatro años después, pero le faltaron 4 segundos para bajar de los 2:35', lo que ofuscó a la atleta.
Las tallarinatas para finalizar la prueba entre todos los participantes también eran parte del sello del MIS.
Aunque el circuito y las distancias menores a los 42 kilómetros fueron modificándose durante los siguientes años, la largada y la meta nunca cambió: hasta 2006 se mantuvo en el Parque O'Higgins.
A diferencia de lo que muchos creen, en aquella época también se cobraba inscripción, la que tenía un valor cercano a los $1.500 de la época.
Año a año comenzaron a aparecer nuevos atletas nacionales e internacionales, nuevos patrocinadores y nuevos detalles que hicieron crecer la marca MIS. Así fue como en 2007 Salas acordó junto a Adidas y la Federación Atlética de Chile (Fedachi), darle un vuelco a la prueba y masificarla aún más.
Con una infraestructura mucho mayor, la largada y meta se sacaron por primera vez del Parque O'Higgins y se fijaron en el Parque Araucano.
En 2008 el Maratón de Santiago sufrió su última gran modificación, con el punto de partida y llegada emplazado en frente del Palacio de Gobierno, donde se ubica hasta ahora.
Además, desde ese año hasta ahora el evento es organizado por la Corporación Maratón de Santiago-MDS, dejando fuera a Olimpo después de 16 años al mando. Una prueba que terminó en los Tribunales y que, finalmente, impidió que la carrera mantuviese su nombre original, puesto que la marca registrada Maratón Internacional de Santiago pertenece a Salas.
¿Diez años? Cambiaron sus organizadores, su nombre, los patrocinadores, pero el maratón se corre desde mucho antes.