Si Claudio Borghi esperaba una respuesta de sus jugadores, anoche la tuvo en el Nacional. Porque Chile mostró la mejoría que su técnico y la gente esperaban. El sacudón que reviviera a un equipo que venía en caída libre. Sin dudas, fue el mejor partido de Chile en estas Eliminatorias.
Pero no alcanzó. ¿Cómo explicar eso? Muy simple parece el análisis. Porque Argentina tiene delanteros de otra categoría. De esos que cuando los partidos están cerrados, sacan la llave y abren cualquier puerta hacia el triunfo.
La recuperación
El inicio fue parecido a lo que venía ocurriendo. Porque iban sólo dos minutos cuando Lionel Messi dejó solo a Angel di María, pero el remate del zurdo de Real Madrid se fue al lado del palo izquierdo de Miguel Pinto.
Era un anuncio de que cuando el cuadro nacional se descuidara, iba a sufrir. Pero a partir de allí fue todo de Chile. Pero todo.
Porque Mauricio Isla comenzó a ganar el lado ciego de la zona de los volantes albicelestes. Y pasaba y pasaba. Mientras Di María lo miraba y al pobre Pablo Zabaleta lo encaraban de frente, con un jugador lanzado y él tenía que esperar. Y siempre perdía.
Las situaciones comenzaron a llegar por ese lado. Pero nadie la echaba adentro. Pasaron Sebastián Pinto (dos veces) y Mark González, pero la mala puntería y la actuación de Sergio Romero le sacaron las posibilidades al dueño de casa.
El partido se agrandaba. Porque Sergio Agüero respondía ante un Miguel Pinto que también le respondía a Borghi y la gente.
No te perdonan
Pero... siempre hay un pero. En la previa se había hablado de que Chile debía controlar el pase filtrado de Fernando Gago a Messi. ¿Y qué pasó? El volante de Valencia metió una gran pelota al mejor jugador del mundo, quien hizo un enganche de "baby" y sacudió la red local. Un golazo.
Gary Medel pedía aliento cuando llevó la pelota a la mitad de la cancha. Las 30 mil personas empezaron a levantar a un equipo que sintió el golpe. Y cuando todavía le dolía el mentón, apareció otro golpe de nocaut, sólo tres minutos después (justo lo que dura un round de boxeo).
Un tanto "made in Real Madrid". Pelotazo largo de Di María para Gonzalo Higuaín. No estaba Jean Beausejour en su lugar y Mark González tuvo una marca demasiado ingenua. El delantero pasó y sin sobresaltos se sacó a Gonzalo Jara. Otro zurdazo liquidó a Chile.
"Papi, ¿por qué no alentamos?", le dijo el niño en Andes a su progenitor. "Se sintió fuerte el golpe de los dos goles, hijo", le trató de explicar el mayor con un gesto paternal.
Era un partidazo e increíblemente esos goles frenaron el ritmo. Aunque en el final reapareció la "Roja" y "Chiquito" Romero se hizo gigante.
Incluso, cada contragolpe transandino provocaba un silencio aterrador en el Nacional, que sólo se sacudía con las quejas al árbitro paraguayo Antonio Arias.
Extraño complemento
En el segundo tiempo fue un partido repetido. Uno que iba e iba, pero chocaba con los siete argentinos que defendían (contando al portero), y sufría cada vez que le respondía de contra.
Incluso, Pinto ahogó el festejo de Messi cuando algunos en la platea se animaban con un tibio "Cristiano Ronaldo" cuando la tocaba la "Pulga".
El juego se hacía previsible y la falta de gol de la "Roja" era notoria. Incluso, cuando empezó a levantar la pelota, Jaime Vera sacó a Sebastián Pinto y cerró una ventana.
Encima, el gol de Felipe Gutiérrez llegó cuando ya todos empezaban a levantarse para buscar las salidas.
Era muy postrero para empatar, aunque la actuación de anoche deja una esperanza de que no es tarde para volver a empezar. El de anoche es el camino.