La casa está decorada con velas y pétalos. En vez de vestidos y tacos, las invitadas visten batas y pantuflas. Llegan dos cosmetólogas que instalan las camillas en el living de las casa de la anfitriona, un cóctel de frutas, champaña y la fiesta comienza. No es una fiesta cualquiera, claro. Es una "fiesta spa", una tendencia que causa furor en el mundo y que ya llegó a los centros de belleza y al interior de las casas.
Arlette Gómez (21) y sus amigas se reunieron a celebrar porque una de ellas se casaba. No quisieron vedettos en zunga ni disfraz para la novia. "No nos llamaba la atención la típica despedida de soltera. Y como a mí me encanta ir a los spa, decidí optar esta fiesta", relata Arlette, una de las clientas de Manjar Sparty, microempresa que lleva el spa a la casa para cualquier tipo de celebración.
El interés en estas fiestas ha ido creciendo rápidamente de la mano de la percepción femenina de que dejarse querer y ponerse bella no está de más. Es casi un merecimiento. Siomara Gómez, dueña de Manjar Sparty (manjar-sparty.blogspot.com), asegura que en enero de este año -cuando recién partió con esta iniciativa- conseguía unas dos clientas al mes. Hoy organiza unas tres por semana. Quienes contratan las fiestas spa son recién egresadas de la universidad y profesionales de hasta de 40 años. La mayoría vive en comunas del sector oriente de Santiago y son clientas frecuentes de las manicure y de centros de belleza.
Antes de empezar con su negocio, Siomara Gómez advirtió de que los spa se habían masificado en Chile y que las mujeres ya no sólo tenían la preocupación por el pelo en su rutina de belleza, sino por todos los demás servicios de belleza. "En un principio quería enfocarme en novias y babyshowers, pero me di cuenta de que las niñas más jóvenes también estaban dispuestas a gastar en belleza", dice. "Las mujeres están valorando más estos servicios y los disfrutan", a tal punto que lo buscan como una alternativa para divertirse con las amigas.
El paquete básico que ofrece Manjar Sparty cuesta $ 20.000 por persona que incluye tres tratamientos: manicure o pedicure, reflexología y masaje de relajación.
El servicio incluye la decoración con pétalos, flores, velas y el catering, que comprende brochetas de frutas, una cascada de chocolate, galletas y champaña. "Ir con amigas a un spa es carísimo: así es más barato y privado", dice Arlette Gómez. "La idea es que sea algo así como una fiesta de pijamas", afirma Siomara Gómez. Con la diferencia de que las invitadas son todo el tiempo atendidas.
Para gustos más glamorosos, la fiesta spa incluso puede incluir un hidromasaje. H2O party (www.h20party.cl) lleva tinas portátiles a la casa que pueden incluso instalarse en departamentos. "Es una tendencia que en Estados Unidos pega hace rato", afirma su dueño, Daniel Hozven.
Spa a puertas cerradas
Hoteles y centros de "wellness" en Europa y Norteamérica ofrecen el servicio de fiesta spa. En Chile, Magnolia Nailbar (www.magnolianailbar.cl), centro de embellecimiento manos y pies ubicado en Vitacura, cierra sus puertas de 20.00 a 00.00 horas, a grupos amigas que quieran celebrar. Se decora el local, ponen música electrónica, las amigas llevan quesos, sushi, tragos -o también se puede contratar el servicio de catering- mientras se hacen la manicure.