Con La Polar navegando por aguas aparentemente más tranquilas, luego de lograr la renegociación de su deuda, el directorio de la empresa mira ahora hacia los temas internos que habían sido dejados de lado para responder a la contingencia.

Para ello, la minorista encargó un estudio a la consultora argentina Hermes Management Consulting, con miras a elaborar un plan estratégico 2015-2018, comentaron fuentes que conocen el proceso.

La firma comenzó el trabajo este lunes, para el que tendría ocho semanas de plazo, tras lo cual deberá entregar sus recomendaciones sobre hacia dónde debe apuntar sus estrategias la minorista.

Desde que estalló el escándalo de las repactaciones unilaterales, hace más de tres años, la compañía ha estado dedicada a responder a los diversos frentes que dejó dicha situación, entre ellos, las aristas penales y civiles del caso, así como mantener la empresa a flote, lo que hasta ahora se ha conseguido con un aumento de capital y el acuerdo para renegociar la deuda.

La consultora

Hermes es una firma con 20 años en el mercado, dedicada a la consultoría gerencial internacional, que se especializa en proyectos de estrategia, organización, operación y valuaciones de empresas. Con base en Argentina, ha realizado proyectos en 27 países y en Chile ha trabajado con Santa Isabel, Jumbo, ABCDIN, Paris, Unimarc, entre otras empresas del retail.

La decisión de La Polar forma parte del proceso de reordenamiento que está desarrollando la compañía, cuyas 90 medidas -entre ellas la reducción de costos mediante cierre de bodegas regionales, algunas tiendas, despidos y reasignaciones de personal, y el nuevo modelo de autoatención- generarían un ahorro de US$ 25 millones anuales a 2015.

En medio de ambos procesos, la minorista está también a la espera del visto bueno de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) a su prospecto de bonos convertibles en acciones, proceso para el cual la empresa estimó una demora de un mes. A ello se sumará otro mes, para que los accionistas que quieran salir ejerzan su opción. Aunque no existan interesados, se trata de un plazo legal, por lo que la empresa deberá esperar al menos dos meses antes de dar por cerrado el proceso de renegociación.

Durante el tiempo que demore la compañía en estos trámites, el taxímetro de los intereses de la deuda sigue corriendo, que según indicó la propia empresa, ascienden a $ 1.000 millones mensuales.