La televisión y el cine han marcado la trayectoria empresarial del presidenciable Marco Enríquez-Ominami. El mayor emprendimiento del candidato es la productora Rivas y Rivas, que fundó en 1995 con Alejandro Burr, de quien se separó años después. Hoy la propiedad es compartida por su madre Manuela Gumucio, que tiene el 2%. En sus mejores años -2002 y 2003- la firma bordeó en facturación el millón de dólares, cuenta Enríquez-Ominami. En ese tiempo realizó la series "Cuentos Chilenos" y "La vida es una lotería", formato este último que exportó a EEUU (Telemundo), Argentina (la productora Zarlek) y España.
En la producción cinematográfica, confidencia el candidato, "he tenido de todo". Al documental "Chile, los héroes están fatigados" le ha ido "bien", señala. Esta obra fue realizada en coproducción con el canal cultural franco-alemán Arte y la productora gala Cineteve -se emitió en la televisión francesa en 2003- y fue seleccionada para abrir el Festival Internacional de Programmes Audiovisuels de Biarritz, en su edición 16º. Además, obtuvo reconocimientos en festivales de Serbia-Montenegro, Marsella y San Diego. La productora Cineteve luego lo vendió a unos 12 países, dice.
Hoy su productora Rivas y Rivas está "reducida a su mínima expresión": sólo realiza la preproducción de un largometraje sobre el Movimiento de Izquierda Revolucionaria, que cuesta US$ 200.000, con un costo de producción de US$ 1 millón.