Sentados y dispuestos se ponen a repasar su historia en común y el reality que por estos días lidera la competencia televisiva, y que el jueves se anotó 39,4 puntos de peak de audiencia, su máxima sintonía hasta ahora.

Ambos se conocieron en 2003, cuando el productor ejecutivo llegó desde Miami a realizar el primer reality de la televisión local, Protagonistas de la fama, y Lagos arribó desde Chilevisión a animarlo. "Para los argentinos (el equipo incluía a otros tres miembros que llegaron de ese país), más que la gente del canal, Sergio era nuestro anfitrión. Nos decía dónde ir a comer, adónde salir, a qué lugares ir. Ahora el canal no es tan acartonado, pero en esa época todos andaban de camisa, parecía un banco, y por lo menos Sergio era la persona que estaba de polera y jeans", recuerda Nakasone. Entre risas, Lagos continúa la historia: "Yo sentía que no estaban siendo tan enfáticos en celebrar a este equipo que había llegado a cambiarle la piel al canal (por el éxito que tuvo el reality y la audiencia que les abrió)". Ese afán de bienvenida, cuentan, se tradujo en las fiestas que se realizaron durante la producción en el departamento del conductor, y que terminaron en la portada de los diarios por sus supuestos excesos. "Yo presté la casa, no más", bromea Lagos, y Nakasone recuerda que nada era tan extremo como se relató.

Tanto el productor ejecutivo como el conductor declaran un cariño especial por Protagonistas de la fama. Y se nota. Las referencias a su realización y al impacto que causó son constantes. De esa época, Nakasone desclasifica la que, según él, es la anécdota más memorable y que, afirma, nunca antes había contado. "Fuimos a festejar el final del reality justo después que terminó, y estábamos en una mesa gigante en la vereda. Y de pronto estábamos bromeando y alguien desde la otra punta me dice: 'Tírame un cuchillo' o algo así", relata Nakasone, mientras Lagos comienza a reír, y continúa. "Estaba totalmente sobrio, porque no tomo alcohol, pero agarré un cuchillo que tenía y se lo tiré. No fue para pegarle, sino que para que pasara de largo. Pero no vi que atrás había una joyería con una vitrina. Entonces tiré el cuchillo, voló, rompió la vitrina y empezó a sonar la alarma. A los tres segundos llegaron los carabineros y me llevaron preso", detalla, y remata: "Si no fuera por Sergio, porque el programa era un éxito y él era el rostro e intercedió junto con una productora, hubiera terminado Protagonistas de la fama, preso".

Como Viva el Lunes

A la hora de elegir la peor experiencia en el género, Lagos menciona dos: La granja VIP, porque, según él, ahí se dio cuenta de que algo andaba mal con los reality, porque comenzaron a desvirtuarse con la inclusión de famosos, y La casa, que animó con Karla Constant y que, dice, "fue el más fome". Nakasone, en cambio, no duda ni un poco y nomina a 1810 -donde no trabajó con el animador de Mi nombre es...- como el más ingrato. "Fue el que más sufrí y el que más sufrió el equipo, porque era la época en que el escenario cambiaba todo el tiempo. Primero terminaba en abril, después en mayo, después en junio, y cuando llegamos a junio, con la lengua afuera, nos dijeron julio. El éxito no siempre refleja la cosa interna", reflexiona.

Mundos opuestos se ha transformado en el equivalente de lo que fue Viva el lunes en los 90: el programa más visto, pero también el más criticado. ¿Qué opinan de esa reacción?

Nakasone: Cuando veo las críticas de nuestros programas y tratan al reality como televisión basura, creo que es un lugar común. Ojalá hubiera más diversidad y no todo el mercado se moviera por el rating. No estoy criticando lo que hacemos, lo defiendo a full, el nivel de calidad que tiene. Cuando se le critica es un chivo expiatorio. Es desigual compararlos con un programa cultural cuando la misma industria no da lugar a esos programas, no los defiende.

Lagos: Lo que se presenta no está distante de lo que está en la sociedad. No creo que esto sea un mundo extraño que está llevando a la sociedad a alguna parte. Por el contrario, la sociedad entra en este lugar y en este marco se representa. No creo que sean los únicos responsables de la crisis que podemos tener como cultura.

¿Pero comparten las críticas de que, al exhibirse todos los días, los reality limitan la variedad en televisión?

Nakasone: Yo sería más feliz haciendo menos, pero es parte de la industria, de lo que exigen, y la tele está así: cuando encuentra una vaca lechera la usan y la usan. Pero tiene que ver más con una cuestión de rentabilidad . Un proyecto tan grande, para que sea rentable, hay que franjearlo, hay que hacerlo durar, y si le va bien, mejor. Nos encantaría que hubiera más diversidad, incluso como realizadores, que nos dieran más posibilidad, pero es algo imposible. Uno entiende que no hay chance de hacer otra cosa, porque el mercado lo exige así.

Lagos: Es un escenario que no se ve no sólo con nosotros, sino que con todos los canales. Hace rato que toda la televisión chilena está jugando como equipo italiano de fútbol. Nadie está apostando mucho, todos están en la defensa esperando el error del contrario, y eso se instaló.

Sobre las presiones por mantener los resultados frente al competitivo escenario, Nakasone dice que nada se puede comparar a lo que vivió cuando estaba preparando Año 0 el año pasado. "Era como si fuera mi primer reality en Chile. Todos nos miraban, cada gasto teníamos que justificarlo, cada cosa que decíamos en la presentación del proyecto la cuestionaban. Y era lógico, era gente que no nos conocía", detalla aludiendo a que en ese momento había recién asumido la nueva administración, tras la venta a Andrónico Luksic. "Era el primer proyecto de la era, con un reality que en ese momento era un género cuestionado. Ahí dijimos 'hagamos caso omiso y juguemos'. Hoy, con la perspectiva del tiempo, digo que nunca voy a recibir más presión que esa". Actualmente, apunta, las cosas son radicalmente diferentes. "Ahora hablamos y en 15 minutos estamos fuera. Antes las presentaciones duraban una hora y media, y llegó un punto con Año 0 en que dije 'listo, si tienen tantas dudas no lo hagamos', pero había que hacerlo, porque no había otra cosa".

Mientras que sobre la competencia, Lagos apunta: "Acá no estamos preocupados de aplastar a la competencia. Estamos preocupados de hacer la pega bien. Y creo que eso se nota". Y el ejecutivo lo secunda: "No somos un equipo fanático del rating, lo festejamos, seríamos tontos si no lo hiciéramos, pero ganar por cinco, dos o 20 puntos me da lo mismo".

Uno de los leit motiv del equipo del reality ha sido no repetir los formatos, pero Nakasone dice que con Mundos opuestos -aunque le daría "una vuelta"-, sí ve la posibilidad. "Siempre digo que la base de los reality son los casting, pero este formato es potente. Es tan difícil decir que algo tiene sensación de primera vez en TV, pero esto sí. No hay nada parecido en el mundo", afirma. Y Lagos lanza: "Yo he bromeado desde el día uno que va a venir la televisión rusa, la checa a buscarlos, porque es verdad, te das vuelta por los formatos y todos aprietan la misma tecla, y generar esto de la lucha de clases, del futuro y pasado es una historia interesante".