John Edgar Hoover fue el primer director de la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos, el FBI. Durante los 37 años que se mantuvo en el cargo -desde 1935 hasta su muerte, en 1972-, el hombre nacido en Washington DC tuvo acceso a gran cantidad de información. Ahora, un libro recién editado en Estados Unidos revela los archivos secretos que mantenía en su poder el hombre que sobrevivió a la gestión de siete presidentes.
Escrito por Ronald Kessler, ex periodista de los diarios The Washington Post y The Wall Street Journal, Los secretos del FBI revela las informaciones mejor guardadas por la institución, así como los secretos de las celebridades, políticos y estrellas de cine descubiertos por los agentes.
Según detalla el portal norteamericano The Daily Beast, cuando Hoover fue designado director del FBI -antes había dirigido por 10 años la Agencia de Información- comenzó a mantener un archivo con información oficial y confidencial en su oficina. Estos "archivos secretos", asegura el portal, le permitieron al director del FBI mantenerse en su cargo por el tiempo que deseara.
Los defensores de Hoover afirman que estos archivos no se utilizaron para chantajear a los miembros del Congreso o a presidentes. Explican que el director del FBI los mantenía en su poder a fin de que los empleados más jóvenes no los examinaran y difundieran rumores.
Sin embargo, Kessler revela en su libro algunos de estos archivos confidenciales. Uno de estos detalla el teletipo enviado a la sede central del FBI por William Simon, quien dirigió la oficina de Los Angeles, justo después de la muerte de Marilyn Monroe en su casa de Brentwood, el 5 de agosto de 1962. El documento asegura que el entonces fiscal general de EE.UU. y hermano de JFK, Robert Kennedy, había usado el auto de Simon para ver a Monroe antes de su muerte. El hijo de Simon, Greg, confirmó el hecho. "Mi papá dijo que Robert Kennedy le había pedido prestado su convertible blanco Lincoln. Por eso no lo teníamos muchos fines de semana", afirmó.
El libro también se refiere a un dato que había revelado el columnista del diario The Washington Post Jack Anderson, quien aseguró que el FBI había espiado la vida sexual del reverendo bautista y líder de los derechos civiles Martin Luther King.
El activista mantenía una aventura con una mujer joven en su oficina, según dijo un agente que intervino sus teléfonos. "Además de su casa, King tenía un departamento... Los martes se iba allí, aparentemente para meditar y escribir sermones". Sin embargo, afirma el agente, King se reunía con ella para tener sexo.