Las armas incendiarias, como pueden ser las de fósforo blanco, de termita o incluso de napalm, están siendo utilizadas en la guerra civil siria. Al menos 40 casos de uso de este tipo de dispositivos fueron denunciados en las últimas nueve semanas por activistas y residentes. Según la organización Human Rights Watch (HRW), se ha logrado comprobar el uso de ese tipo de armas en 18 casos, especialmente las de fósforo blanco y termita, en distintos puntos de Siria. Y detrás de esos ataques estarían aviones del régimen de Basher Assad y del Ejército ruso.

De acuerdo a un informe de HRW, se constató el uso de bombas incendiarias en el barrio de Daraya, en Damasco, controlado por los rebeldes; en la provincia de Idlib y, sobre todo, alrededor de la golpeada ciudad de Alepo. Una situación que viola los acuerdos internacionales que prohiben el uso de este tipo de explosivos contra poblaciones civiles.

Estas armas, que emiten una luz brillante que se asemeja a los fuegos artificiales, generan un fuego persistente que alcanza temperaturas de hasta 1.000 grados. Aunque fueron ideadas para destruir construcciones militares y dejar inutilizable el armamento enemigo, provocan graves quemaduras a las personas e incendios, tal como los daños que dejó el napalm en la población durante la guerra de Vietnam.

Fotografías y videos a los que accedió Human Rights Watch muestran el uso de esos explosivos. Ahí se ven las estelas de fuego que dejan en el aire las bombas cuando son lanzadas, junto con las bolas de fuego que genera cada munición contenida en supuestas bombas de racimo en el lapso desde que son arrojadas hasta que explotan.

Según HRW se pudieron observar en imágenes de la televisión rusa aviones de combate de ese país cargados con bombas etiquetadas, con cubiertas similares a las que se encontraron en el sitio del ataque.

"El gobierno sirio y Rusia deben detener inmediatamente los ataques contra áreas pobladas por civiles con armas incendiaras", dijo el director de armamento de HRW, Steve Goose, en el informe. "Estas armas producen heridas horribles y un dolor insoportable (en las víctimas), por lo que todos los países deben condenar su uso en las zonas residenciales", destacó.

A diferencia de las armas químicas, las armas incendiarias no están totalmente prohibidas. Un acuerdo internacional, el Protocolo III de la Convención de Armas Convencionales, firmado por 113 países, incluido Rusia, prohibe su utilización contra poblaciones civiles. Siria, en cambio, no es signataria.

HRW pidió a los países miembros de la Convención sobre Armas Convencionales, que se reunirán en Ginebra el 29 de agosto, que condenen el uso de las armas incendiarias en Siria y que presionen a Damasco para que se una a la Convención. El protocolo explica que estas armas o municiones "incendian objetos o causan quemaduras a las personas mediante la acción de las llamas, del calor o de una combinación de ambos, producidos por reacción química de una sustancia que alcanza el blanco".

Muchos signatarios, incluido Estados Unidos, han sido acusados del uso indebido de armas de fósforo. Así lo habría utilizado en Irak, en los intentos de controlar la ciudad de Falluja, en 2004. Israel, que no ha firmado el protocolo, utilizó bombas de fósforo blanco, en algunas de sus ofensivas contra el grupo Hamas en la Franja de Gaza. Además, en el conflicto del este de Ucrania, las fuerzas leales a Kiev habrían usado fósforo blanco.

Según The New York Times, aunque las bombas incendiarias hasta ahora no han matado tantas personas como las bombas convencionales, han elevado los temores en el barrio de Daraya, en la capital siria, bajo asedio durante más de tres años y que es blanco de los bombardeos a diario. "Créanlo o no, cuando la gente escucha caer las bombas de barril (barriles cargados con combustibles utilizados como explosivos por las fuerzas de Assad), rezan para que sean explosivos y no napalm", sostuvo Amjad Abbar, concejal de Daraya.

Las denuncias por el uso de armas incendiarias llegaron en medio de informes que temen del uso de armas químicas otra vez en Siria, incluyendo el gas de cloro. El Alto Comité de Negociaciones, un grupo de oposición, exigió que se lleve a cabo una investigación sobre si el gobierno Basher Assad está utilizando todavía armas prohibidas, tres años después de un acuerdo negociado por Rusia para desmantelar su programa de armas tóxicas que evitó los ataques militares estadounidenses.