"Ahí va uno cortaooo", le grita Pedro a un amigo. Los dos chicos -que no superan los 12 años- corren con una larga caña para atrapar el volantín que vuela sin destino, sobre un sitio eriazo en la intersección de la Ruta 68 y Américo Vespucio. Cuando los pequeños creen que el botín caerá en sus manos, aparece un niño más grande que finalmente se queda con el trofeo. Nadie reclama. El dicho "volantín cortado no tiene dueño" es ley en las "comisiones" o competencias para derribar la mayor cantidad de cometas en este clásico pasatiempo que se masifica en Fiestas Patrias. Más allá, al igual que unas 40 familias, el papá de Pedro prepara un asado mientras su abuelo enseña a otro nieto a elevar un "chupete". "Le das hilo y luego recoges", grita el anciano. "Así, no más rápido, bien, bien", dice pausado cuando el cometa ya surca el cielo. En tanto, Pedro y su amigo van detrás de otro volantín "que se fue a las pailas".
Al rato, Pedro vuelve feliz con un volantín con los colores patrios. Lo muestra a su familia, lo amarra a un carrete y lo eleva con orgullo. Son cerca de las 15.00 horas y ya vuelan unas cincuenta cometas. "Pero no son tantos. Las noticias han asustado mucho a la gente. Acá vienen familias enteras a elevar volantines y ahora no llegó ni la mitad", dice Juan, quien tiene un puesto de volantines, carretes e hilos en el lugar.
Asegura que no vende hilo curado, pero que al interior del sitio -uno de los lugares clásicos para desarrollar este pasatiempo- se puede conseguir sin problemas. "El hilo curado es el alma de las comisiones, no sé por qué lo prohiben", agrega Juan.
Hilo curado
"¿Quiere comprar hilito? Acá hay de todos los precios y calidad", pregona Diego a quien pase cerca de su improvisada tienda, donde ofrece carretes y volantines de distintos tamaños y colores.
"Dame 2.000 yardas", dice un cliente. "Tengo de vidrio, cristal o diamante", responde el vendedor. El cliente paga 14 mil pesos. Diego le enrolla su pedido con una máquina diseñada especialmente. Luego reclama: "Nos han tratado de asesinos por culpa de algunos desubicados como el del Parque O'Higgins que cortó a la niñita".
Diego cuenta que su abuelo le enseñó a elevar volantines a los siete años y "nunca pasó algo malo".
Según la seremi de Salud, a la fecha ya se han decomisado 250 mil yardas de hilo curado en Santiago. "Se debería regular el uso de hilo curado, que sea en lugares abiertos. Esto es un deporte nacional, la entretención del pueblo en las fiestas", dice Diego.