Seguramente, el partido amistoso que disputó la selección chilena ante Ghana, el miércoles pasado en Filadelfia, quedará en la historia de la "Roja". No será por la trascendencia del resultado ni mucho menos por la aparición deslumbrante de algún jugador o por algún récord deportivo que se haya batido en la cancha. Los recuerdos apuntarán más bien a los 35 minutos que duró el entretiempo y a las cuestiones extrafutbolísticas que rodearon la organización del amistoso que incluyó, entre otras cosas, cambio de estadio y de ciudad.

Por todas las dificultades que debieron sortear para que se realizara, este pleito fue bautizado por los propios dirigentes de la ANFP como el "partido maldito". Y aunque no lo quieren reconocer públicamente, en Quilín asumen que fue un error firmar contrato con el agente FIFA Njoya Salim y el promotor Moses Kanduri. "Se hicieron tan famosos, que si existiera aún Viva el Lunes serían los invitados estrellas", bromea un dirigente de la Asociación.

Kanduri admitió a La Tercera que por primera vez estaba a cargo de un evento de esta envergadura y que lo más cercano a organizar algo así eran "las noches de música latina con DJ en vivo" en su bar ubicado en el Bronx, que, además, opera como la oficina principal de su productora.

Justamente, esta cantina pudieron conocer los jugadores de la Selección si Claudio Borghi hubiese aceptado la invitación que le realizó Kanduri al plantel. "Moses invitó a toda la delegación a conocer su bar. Nos dijo que viajáramos inmediatamente después del partido de regreso a Nueva York, para que nos fuéramos a tomar algo. Pero obviamente no aceptamos", confiesa una fuente de la ANFP.

La inexperiencia del africano provocó una serie de sucesos que estuvieron a punto de motivar la suspensión del partido. Para evitar esto, tuvo que viajar con dos semanas de antelación a Estados Unidos el gerente de selecciones de la ANFP, Felipe Correa. El periodista debió buscar hotel, cerrar los contratos para los traslados internos, encontrar una productora para la transmisión televisiva y preocuparse de la alimentación de la delegación. Todo esto lo hizo con ayuda del ex volante de Deportes Temuco y Colo Colo, Marcelo Fracchia.

El uruguayo vive en Nueva York hace 10 años y fue contactado por el gerente de programación de la Asociación, René Rosas. El ex dirigente de Temuco sabía de los contactos que manejaba Fracchia y le solicitó una colaboración pagada para que ayudara a Correa.

La relación con el "charrúa" funcionó a la perfección, hasta que la Selección arribó a Nueva York. Ese día el ex jugador denunció en diversos medios de comunicación todos los problemas de organización que tuvieron en peligro la concreción del duelo.

Estas declaraciones no agradaron al directorio de la ANFP. A las pocas horas de que sus palabras se conocieran en Chile, recibió un llamado desde Quilín, donde lo obligaron a que desmintiera sus dichos y se preocupara de "bajar" las publicaciones con sus declaraciones. Obviamente, ya era demasiado tarde.

Por política de la organización, tanto los chilenos como los ghaneses se concentraron en el mismo hotel en Nueva Jersey. Hasta ahí ningún problema, salvo que por las noches los africanos se desataban. "Todas las noches subían mujeres a las piezas. Eran muy desordenados y el técnico no decía nada. Está bien que sea un amistoso, pero se pasaron. Me parece que puede ser algo cultural", admitió un seleccionado nacional.

Justamente, por situaciones como estas es que el directorio de la ANFP privó a las "Estrellas Negras" de medirse en una próxima fecha FIFA ante Uruguay. "El presidente de la federación uruguaya (Sebastián Bauzá) llamó a Sergio Jadue para consultarle por la conveniencia de enfrentarse a los africanos. Jadue le dijo que por ningún motivo y le detalló todo lo que vivimos con ellos. Al final, ese amistoso no se realizará", añadió un director.

La sugerencia del calerano no sólo se basó por lo que pasaba en las habitaciones del hotel de concentración durante las noches sino, también, por lo ocurrido en el ya famoso entretiempo de Filadelfia. En esos 35 minutos, el "Bichi" decidió vengar de alguna forma todos los malos ratos que les habían hecho pasar los ghaneses.

Cuando el entrenador se percata de que los rivales deciden volver a la cancha, el entrenador de la Selección les ordena a sus jugadores que no se incorporen inmediatamente al campo. "Ellos nos hicieron esperar, ahora hagámoslo nosotros. Demorémonos un poco para que sean ellos los que se 'caguen' de frío ahora", les dijo el transandino a sus pupilos.

De acuerdo con las versiones existentes, que incluyen divisiones internas también, los ghaneses se negaban a retornar a la cancha hasta que los organizadores les cancelaran el dinero prometido por su participación en el encuentro. Esta misma situación provocó que las relaciones entre la dirigencia nacional y ghanesa se rompieran completamente.

"Ellos se molestaron porque, 48 horas antes del partido, firmamos un documento con el agente del encuentro para que Chile estuviese en el primer orden de prelación de pago, luego del estadio", sentencian en Quilín.

Lo positivo para Borghi y los dirigentes que acompañaron a la delegación chilena, es que tuvieron hasta hoy para compartir con sus respectivas parejas de las atracciones de Nueva York, pues se quedaron dos días más en la "Gran Manzana" intentando olvidar los malos ratos que le hizo pasar el "partido maldito".