Hace 12 meses, Dominique Gallego (22) vivía con el padre de su hijo en Puerto Varas. Luego de su paso por el reality Pelotón, atravesaba por un mal momento personal. Tampoco tenía trabajo. "Estaba mal con su pareja y decidieron darse un tiempo. Yo viajé y se vino conmigo en mayo (del año pasado)", relata su madre, Dayane Williams. Al llegar a Santiago se inscribió para hacer 1° y 2° medio y, al mes, postuló a Canal 13 para convertirse en protagonista del dating show 40 ó 20. Hoy, Gallego integra otro show de telerrealidad: Mundos opuestos. Y como una de las figuras más llamativas del exitoso reality show, acordó sumarse por $ 12 millones mensuales, aseguran testigos del acuerdo.

Como muchos de los participantes del reality de Canal 13, Gallego partió trabajando como promotora hasta que fue "descubierta", en 2007, por TVN para entrar a Pelotón. Tenía 17 años y por estar ahí recibió un sueldo de $ 40 mil a la semana, como cuenta su madre. La evolución de su personaje mediático también se cuenta entre los recursos que ha capitalizado Gallego, quien pasó de ser una figura farandulera de bajo impacto, al personaje mejor remunerado del espacio de Sergio Nakasone.

Factor clave en este proceso es José Luis Bibbó (27), el cordobés conocido como "Joche" que saltó a la fama justamente por ser el ganador del programa de citas estelarizado por Gallego. Bibbó también lidera el ranking de sueldos del programa, ganando $ 10 millones al mes por su participación, una realidad que, según su hermana María Eugenia, "nunca pensó que pasaría". De acuerdo a su relato, "Joche" estaba concentrado en su rol de basquetbolista, en el Club Atenas de Córdoba, cuando una hernia lumbar sepultó su futuro en ese deporte y gatilló su ingreso a una escuela de modelaje que, en su desfile final, tenía a chilenos de una agencia entre el público que lo contrataron para hacer fotos para una multitienda. En sus trabajos publicitarios podría recibir entre $ 80 mil y $ 100 mil por sesión fotográfica y desde $ 150 mil por desfile, como cuentan en agencias. La valoración de su trabajo subió tras 40 ó 20, al cobrar un millón de pesos por evento.

Una situación similar a la que vivió una de sus compatriotas, Mariana Marino (31), quien llegó a Chile hace ocho años, probando suerte en castings y modelaje, alcanzando mayor notoriedad gracias a su incorporación en el programa Morandé con Compañía, donde llegó a recibir un millón de pesos al mes, lo mismo que gana ahora, pero por pasar una semana al interior del reality.

Otro extranjero en el espacio es Thiago Cunha (31), ex bailarín del grupo axé Porto Seguro: estaba de regreso en Sao Paulo vendiendo cuentas en un banco. Fue contactado por la Productora Star, que ofreció varios rostros televisivos al reality. Y quedó seleccionado. Paralelamente, recibió una oferta para integrarse a Fiebre de baile, pero optó por aceptar los $ 2 millones semanales que le paga Canal 13, como aseguran sus cercanos.

Una figura que causa impresiones divididas dentro y fuera de la casona de Pirque, donde se graba el programa, es Camila Nash (27), ex integrante de Yingo y que ganaba $ 700 mil mensuales por hacer los backstage del programa juvenil: ahora recibe lo mismo en una semana, según afirman en su entorno. Los días que estuvo eliminada del reality recibió una oferta para animar un evento por $ 800 mil. Pero tras cerrar el primer acuerdo, se reintegró al programa.

David Dubó (26), en tanto, es conocido en el mundo deportivo por haber sido campeón mundial de karate en 2008, por lo que recibe cerca de $ 500 mil mensuales: actualmente, está estudiando Kinesiología, su tercera carrera (las otras dos no las terminó).

Los participantes desconocidos juegan a ganar la competencia, pero también la notoriedad para realizar afuera eventos y, quizás, conseguir un trabajo provisorio en TV. Por ello, sus sueldos en el reality son menores a los de los rostros conocidos. Sebastián Roca (30) se inscribió pensando que competiría en un espacio de supervivencia, luego de que un equipo de la producción de Canal 13 lo contactara en la Universidad Andrés Bello, donde estudia Ecoturismo. "Le ofrecieron un reality que empezaba en la Antártica, seguía por la Patagonia y terminaba en el desierto, una cosa de supervivencia. Esto se transformó en otra cosa, él sigue adentro por su amor propio", cuenta el padre de Roca, con quien vive en la comuna de Santiago Centro. El ha alcanzado figuración por su relación con Mariana Marino y, antes de ingresar al encierro de Pirque, dedicaba su tiempo a realizar expediciones como al Amazonas, donde pasó un período prolongado. Dentro de los participantes del espacio, es de los que menos gana, debido a su condición de "desconocido": recibe $ 100 mil a la semana.

Los que ganan menos, eso sí, son Mario Moreno ("Chapu"), que antes de ingresar al programa vendió planes de televisión digital, camisetas de fútbol y manejó un taxi, y Stephanie Cuevas, una vendedora ambulante. Ambos, más algunos que han sido eliminados, reciben poco más de $ 200.000 mensuales.

Quien también es considerado en el grupo de concursantes "anónimos" del programa, pero que entró con el apellido de "tradición" con el reality es Andrés Longton (29), hermano de Arturo (ex participante de La Granja y 1910), uno de los que quizás tenía más estabilidad laboral fuera del encierro. Abogado de profesión, ejercía desde hace un año y medio, pero siempre fue consumidor de reality shows, siendo su figura favorita de estos programas Alvaro Ballero. "Eramos fanáticos, no nos perdíamos ningún capítulo", cuenta Arturo Longton de su hermano, que en el encierro ha logrado notoriedad gracias a un romance con la española Wilma González. Pero esta no es la primera aproximación que tuvo con la telerrealidad. El año pasado lo contactaron para que formara parte de 40 ó 20, como uno de los competidores, pero el formato no le atrajo. Actualmente, pidió un permiso de seis meses no remunerado en su trabajo y recibe alrededor de $ 700 mil semanales por su permanencia en el programa.