Jonathan Pollard, un estadounidense que espió a favor de Israel, fue liberado ayer en Estados Unidos tras pasar 30 años preso. El anuncio de su excarcelación llegó desde Israel, donde es considerado un héroe. "El pueblo israelí se felicita por la liberación de Jonathan Pollard", celebró el primer ministro Benjamin Netanyahu. "Después de tres largas y difíciles décadas, Jonathan está por fin reunido con su familia", sostuvo.

El hombre fue durante varias décadas un punto de discordia entre Israel y Estados Unidos, donde sucesivos Presidentes, desde Ronald Reagan hasta Barack Obama, habían rechazado su liberación anticipada. El ex analista de la Marina estadounidense tiene prohibido abandonar el territorio estadounidense durante los próximos cinco años.

Graduado de Stanford, Pollard fue declarado culpable en 1987 por haber proporcionado a Israel, desde junio de 1984 hasta su arresto en noviembre de 1985, miles de documentos secretos sobre las actividades de espionaje de Estados Unidos.

Su historia comenzó en 1981, cuando Pollard, de entonces 27 años, era analista de investigación de la Inteligencia de la Marina. Con un paquete de información clasificada bajo el brazo, tocó la puerta del poderoso lobby judío en Washington AIPAC, para ofrecer sus servicios de espionaje. La organización aceptó su currículum, pero decidió ignorar la oferta en ese minuto, aunque ésta fue aceptada tres años más tarde por la Oficina de Enlace Científico del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí en Washington.

El 21 de noviembre de 1985 fue detenido a las puertas de la embajada de Israel -a la que había llegado con su entonces esposa Anne- por agentes del FBI, que lo acusaron de vender por US$ 45.000 y durante 18 meses miles de documentos clasificados con información sobre programas de misiles de países en Medio Oriente.

El material incluía datos y fotografías satelitales, información técnica sobre armas y movimientos de buques militares y códigos criptográficos de alerta estadounidenses. En 1987, tras confesar, fue condenado a cadena perpetua y Anne, de la que se divorció poco después, fue condenada a cinco años por ayudarlo, de los que pasó tres en prisión, antes de mudarse a Israel.

Hecho inédito

Pollard es el único ciudadano estadounidense que ha sido condenado de por vida en su país por espiar a favor de un país aliado y u no de los espías que más años ha cumplido tras las rejas. El caso desató una fuerte crisis bilateral a mediados de los 80, debido a que Estados Unidos era el principal aliado militar y político de Israel. En los años 90 Israel reconoció que Pollard trabajó para sus servicios secretos. En 1994, se casó en prisión con Elaine Zeitz, una profesora canadiense judía al frente de una de las muchas campañas para exigir su liberación, y un año después Israel le concedió la nacionalidad.

Expertos consultados por France Presse dijeron que esta liberación podría ayudar a las relaciones (entre Israel y Estados Unidos) malheridas tras el reciente acuerdo nuclear entre Occidente e Irán.