Durante años, los descendientes del mafioso Al Capone mantuvieron el anonimato. Muchos de ellos se cambiaron el apellido tras ser víctimas de una serie de discriminaciones por estar ligados a quien fue "el enemigo número uno" de Estados Unidos durante los años 20. Un ejemplo de ello fue la sobrina nieta del gánster, Deirdre Marie, quien durante décadas llevó el apellido Gabriel. Cuando el gánster murió, en 1947, ella tenía siete años y recuerda que otros menores eran alertados por sus padres a no jugar con ella por ser una Capone.
El abuelo de la mujer era el "hombre de los números" del líder mafioso, una carga que llevó encima el padre de Deirdre durante su vida. Así, tras recibirse de abogado le rechazaron la lincencia para ejercer por ser sobrino de Capone. El hombre cayó en una depresión y se suicidó a los 33 años. Deirdre vivió después situaciones similares e incluso fue despedida de un trabajo luego de que su jefe se enterara de su vínculo familiar con el mafioso.
Sin embargo, ahora que tiene 70 años y vive como jubilada en Florida, Estados Unidos -donde reside la mayor parte de los descendientes del mafioso-, Deirdre decidió retomar sus raíces y publicar un libro sobre su tío abuelo. La mujer ha escrito la obra durante años, pero esperó mucho tiempo para lanzarla ante la petición de algunos de sus familiares de que esperara sus muertes para lanzar el texto. Sin embargo, para ella ya llegó el momento.
Según explicó la mujer al periódico británico The Sunday Telegraph, en Uncle Al Capone, reconstruyó la historia del hombre "que me dejaba sentar en sus piernas y acariciar su cicatriz". La anciana agregó que "cuando uno tiene sangre Capone y ve a Al retratado en las películas como un monstruo total, realmente indigna".
Pero el resto de los descendientes del mafioso no está de acuerdo con Deirdre. Ellos -que mantienen, en general, una vida de clase media en Estados Unidos- quieren continuar con el bajo perfil que han mantenido hasta ahora.
Así, Theresa Hall, nieta de Capone que se cambió el apellido, sostuvo que el libro de Deirdre "no lo leería aunque me lo regalaran". Por su parte, Katherine Seal, bisnieta del mafioso afirmó, con molestia, que él "murió hace 60 ó 70 años. ¿Para qué seguir revolviendo el tema?".
Sin embargo, Deirdre no se cuestiona la publicación de su libro e incluso dice que quiere trabajar con sus familiares para crear una empresa que otorgue licencias por los derechos del nombre y la imagen de su tío abuelo, quien no dejó ninguna herencia.
Pese a la división que ha generado el libro de Deirdre en el clan Capone, los descendientes se mantienen unidos ante otro hecho controvertido.
Ellos -incluida la sobrina nieta- han criticado duramente durante los últimos meses a Chris Knight, un inversionista inmobiliario que asegura ser el nieto del gánster por parte de su padre. El hombre relató a la prensa que se enteró de su supuesto origen a través de un familiar.
El inversionista, quien desde 2008 cambió su nombre a Chris Capone y que se ha fotografiado con ropa similar a la del jefe mafioso, presentó hace un año una demanda para exhumar el cadáver del mafioso con el fin de realizar una prueba de ADN y demostrar sus dichos.
Knight ha sido cuestionado por sus supuestos familiares, quienes afirman que él sólo buscaría fines económicos con la demanda. Deirdre califica al hombre de "mentiroso" y sostiene que la acción que ha emprendido es "asquerosa".