En los últimos 10 años de su vida, imprimió y repartió una serie de libros de tapas blancas con mensajes sobre el daño ecológico y la necesidad de vivir en armonía. ¿Su autor? Sergio Larraín, quien murió a los 80 años, el pasado martes 7 de febrero, en la ciudad de Ovalle.
En 1958, a los 27 años, Larraín había ingresado a Magnum, a petición de Henri Cartier-Bresson, uno de los fundadores de la prestigiosa agencia fotográfica, después de ver sus fotos. Larraín, con su veintena de años, logró capturar el corazón de la pobreza de los niños que vivían en el río Mapocho, a los habitantes del puerto de Valparaíso, y las calles mojadas de Londres y sus trabajadores recogidos por el frío.
Con esta serie de imágenes se consagró a los 30 años. Pero antes de cumplir 40 se retiró a meditar. Dejó de hacer reportajes y el yoga fue el centro de su vida. El único fotógrafo chileno en pertenecer a Magnum se retiró.
Preocupado de que sus fotografías no se publicaran en libros ni que se hicieran exposiciones, Larraín logró ausentarse de la primera fila. Pero la potencia de su obra se impuso al destino sombrío que él deseaba.
Planes en Francia
El año pasado, Agnès Sire, directora de la Fundación Cartier-Bresson, decidió hacer un libro definitivo con sus fotografías. Las que había conocido cuando comenzó a trabajar en Magnum, en 1985. Un libro cuatrilingüe, que incluirá cerca de 250 imágenes de Larraín, y que se publicará este año en Francia.
Desde París, Agnès Sire cuenta a La Tercera que después de la muestra en Valencia, en 1999, que incluía un catálogo con un escrito de Roberto Bolaño, Larraín no quiso saber más de la fama ni de la prensa que llegaba a entrevistarlo a su casa. "Me pidió una sola cosa: 'Quiero tranquilidad'". Se lo dijo a través de una carta. Así, ambos se comunicaron por más de dos décadas. Agnès Sire revela la última petición de Larraín. "Unas pocas semanas antes de morir decidió transferir los derechos de su trabajo a su hija Gregoria y mantener todas sus fotografías en Magnum, como siempre", dice.
Para el 2013, la especialista en la obra del chileno hará la curatoría de una inédita exposición. "Será montada por Magnum y se sumarán los archivos de la familia Larraín. Esta exhibición viajará a Chile, pero queremos que se inicie en la fundación, porque Larraín admiraba a Cartier-Bresson", agrega Sire. Y sobre el libro, detalla: "Son imágenes de su trabajo más importante, entre 1957 y 1965. Además, habrá unas pocas fotografías de los años siguientes. También incluirá sus pinturas y textos sobre fotografía, sus escritos de meditación y algunas cartas. Esto, para presentar a la persona que fue. Va a ser maravilloso".
Para el volumen, Sire contactó a Gonzalo Leiva, tras leer un texto sobre Larraín que el profesor chileno había escrito el año pasado. El ensayo será incluido en el ejemplar cuatrilingüe. "Es muy sólido, porque mata falsas leyendas sobre su trabajo", dice Sire.
Moda y tanques
El 2011, Leiva, profesor de historia de la fotografía de la Universidad Católica, se dedicó a bucear en el mundo de Sergio Larraín. Llegó a conseguir los primeros números de la revista Paula, fundada en 1967, hasta entrevistar a amigos de Larraín.
Leiva es el autor del ensayo que acompañará el libro El espejo arborescente, con 20 fotografías de Larraín, que editorial Metales Pesados publicará en Chile a mediados de año. De su aporte, Leiva cuenta que "es un estudio teórico que parte de la biografía, y de ahí hago una interpretación de su obra".
Sobre los primeros trabajos de Larraín para Paula, dice: "Son muy curiosos. Hay fotografías a artistas emergentes, a jóvenes de la época, en contraposición al Santiago gris". Comienzan los 70 y Larraín ya es dueño de un reconocimiento internacional. Sin embargo, no le complica hacer moda para la revista. "Ubica el río Mapocho como escenario. Le interesa más la locación que el vestido propiamente tal", agrega Leiva, quien además tiene en su poder ejemplares de Paris Mach, The New York Times, O Cruzeiro y Life, con reportajes de Larraín.
Leiva agrega un dato en la vida del fotógrafo, fechado en junio de 1973, cuando ocurrió el llamado "Tanquetazo", el fallido golpe de Estado. "El era parte del equipo de la revista Vea. Larraín sacó fotos ese día, recorrió las calles de Santiago".
El académico también participará en la exposición que hará el GAM (Centro Cultural Gabriela Mistral) el segundo semestre. Estaba prevista desde el año pasado. Son 200 fotografías de su obra, que van de 1953 al 64. Leiva dice: "Lo que queda tras su muerte es encontrar el sentido de su vida a través de su obra".