Desde el séptimo piso de su oficina en la Torre Real 1 de Lima, Alfonso García Miró, el presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas de Perú (Confiep), tiene una vista privilegiada a San Isidro, donde se sitúa el distrito financiero de la capital peruana. "Represento a los empresarios y la inversión", dice, sentado en su escritorio, el líder de la mayor institución empresarial del país, para luego comentar con La Tercera todos los alcances del fallo de La Haya.
¿Cuál es su análisis del fallo?
Siendo peruano, me parece de mal gusto entrar a aflorar sentimientos nacionalistas. Pero viéndolo objetivamente, me parece que es un fallo que recoge en parte los planteamientos genuinos expuestos por los dos países y resuelve, desde mi punto de vista, de una manera creativa, dando en parte la razón a cada uno de los países y dando por terminado, con una solución salomónica, un larguísimo capítulo de 150 años en la conformación de sus características geográficas. Lo más importante de esto es la solución histórica.
¿Coincide usted en que en Perú había un exceso de expectativas?
No. Para ser honesto, creo que no había un exceso de triunfalismo, ni tampoco nos sentimos ganadores post fallo. Nos sentimos razonablemente tranquilos por haber recibido una parte en área que corresponde ante los argumentos presentados ante La Haya por nuestro país.
¿Cómo analiza usted el hecho de que, finalmente, Chile se quedó con el área donde se concentra casi toda la pesca, esto es, las primeras millas?
Los empresarios no miramos el corto plazo, la inmediatez ni el día de mañana, ni cuando sale una lancha. Creo que el fallo de alguna manera presenta dos grandes oportunidades para ambos países. La de menor importancia es que cada uno sabrá monetizar de la mejor forma posible aquellos recursos que existan en el ámbito geográfico de su jurisdicción. ¿Cómo Perú maximiza el área que le dio La Haya? Es problema de Perú. Habrá que hacer investigación y geología. Y para Chile es lo mismo.
¿Cómo ve el potencial que le tocó a Perú más allá de las 80 millas?
Hay que realizar prospecciones de todo tipo. Hay pesca de altura, que es totalmente distinta a la pesca de costa. Son dos industrias distintas y lo único que las une es que hay peces de por medio. Son distintas en cuanto a la manera de procesarse, de comercializarse, los montos, los plazos, las inversiones. El Perú tendrá que hacer todas las prospecciones en la parte marítima y geológica. Lo importante es que resueltas las incertidumbres, tensiones y disputas entre dos partes, de aquí en adelante será todo complementariedad entre Chile y Perú.
Se espera que la inversión chilena podría crecer entre un 30% y 40%...
Sin ninguna duda. Eliminadas las fronteras, somos básicamente un mismo país. Tenemos los mismos problemas y oportunidades. Damos ejemplo junto con México y Colombia en la Alianza del Pacífico. Tenemos muchas más cosas en común de las que nos separan.
¿En cuánto se espera que aumente la inversión peruana en Chile después de La Haya?
Mucho. Mucho. Nosotros reconocemos tres limitantes para invertir en Chile. La primera es que el crecimiento poblacional es menos atractivo, la ventaja demográfica va más por el lado de Perú que de Chile. Lo segundo es el ingreso per cápita, por el crecimiento marginal decreciente. Lo tercero es que en Chile ya casi todos los mercados están adecuadamente concurridos por oferta y por demanda, cosa que en Perú recién está comenzando a ocurrir. Muy poca inversión peruana se ha hecho en Chile por dos razones: nosotros nos hemos estado recuperando en atesorar recursos patrimoniales, porque tenemos 20 años de tardanza con Chile en hacer las cosas bien, y segundo, porque aún nos estamos "divirtiendo" mucho en el Perú, donde queda mucho por hacer. Por lo tanto, la propensión a mirar hacia afuera o a Chile es menos atractiva cuando tienes mucha "diversión" en tu casa. Pero prontamente tendremos que comenzar a mirar a Chile como una segunda opción.
Usted recién mencionaba a la Alianza del Pacífico. ¿Qué importancia le asigna usted?
Es una manera moderna e inteligente de poder unir esfuerzos de países que tienen mucho en común. Casi toda su estrategia económica y comercial, e incluso de política internacional, es hermanada. Se han dado cuenta de que, con esas coincidencias, juntos pueden ser mucho más fuertes en el mundo moderno de lo que son separados. Y están desarrollando estrategias comunes, desde la creación de oficinas comerciales hasta negociación de tratados de libre comercio y tratados de todo tipo.
¿Cómo ven ustedes la posibilidad de un eventual giro de Chile en la Alianza del Pacífico después de que asuma Michelle Bachelet?
Yo creo que no. La retórica política siempre ha cambiado en los países de América Latina, pero las grandes políticas de Estado se han mantenido cuando son virtuosas y han dado resultados favorables. Ese es el mejor ejemplo de que la retórica política siempre se tendrá que subordinar al bien común de los países.