Síbaris

En una urbe en donde la gastronomía y los licores se entremezclan como en pocas partes, este restobar ubicado en la zona de Barranco, justo detrás de la Biblioteca Municipal, es un espacio en donde se come y bebe de maravilla. Por eso es que se ha convertido en uno de los sitios más onderos de la ciudad. El espacio es una mezcla ecléctica de personajes y estilos, donde se disputan protagonismo los hipsters y consagrados de los fogones locales, como Gastón Acurio, uno de los que suelen verse en sus mesas en tono relajado.

Emprendimiento de una pareja joven, Francesco domina en la cocina, mientras que Thalía es la administradora. Síbaris es un lugar que debe su éxito a la simpleza de su vocación: servir comida sencilla, pero bien hecha, y cócteles bien preparados, aunque ajenos de cualquier aire de pretensión innecesaria.

¿Para comenzar? Buena idea hacerlo con una torta de choclo con tocino, miel de cabuya y fresa chalaquita picante. ¿Hambre de aquellas? Entonces Ossobuco a la porter Magdalena, yuca dos texturas, cremoso puré y crocantes buñuelos con ají escabeche confitado.

*Jr. 28 de julio, 206-B, Barranco.

La Kasa Roja

Es el bastión del arte gráfico del país. Una iniciativa que comenzó Germán Quino, alias Cherman, considerado el Andy Warhol peruano, y que terminó por confirmar que las expresiones pop y más rupturistas podían sobrevivir, tener un espacio propio y, además, ser comercialmente viables.

Junto a varios artistas peruanos, Quino ha podido consolidar una propuesta que ha requerido ingenio, talento y perseverancia. La casona de mediados del siglo XX donde funcionan -y que fue refaccionada hace poco- está ubicada en una vibrante zona de Miraflores y recorrerla es un paseo por la sorpresa y el ingenio de artistas que se han empeñado en que se valoricen sus obras. Cuadros, afiches (algunos con pensamientos de César Vallejo), ropa (como poleras con la imagen de Grau), objetos de diseño y cómics se entremezclan en este espacio vanguardista, plagado de sátira e ingenio.

*Calle Colón 380, Miraflores.

NOS

Virgilio Martínez, el cerebro tras el premiado restaurante Central, no para. El cocinero se mueve entre Lima y el mundo, donde sus platos emboban un día a comensales en Singapur y, unos días después, a londinenses.

Tras el éxito apabullante de Central, con su comida sofisticada y elaborada, ahora Martínez está empeñado en platos más casuales, frescos, informales y donde los comensales puedan ir con mayor regularidad. Y eso es lo que ofrece NOS, el espacio ubicado apenas a unas cuadras del Central y que, recién inaugurado, ya cautiva a los sibaritas de una ciudad acostumbrada a comer bien.

Así resume Martínez esta iniciativa: "No es una cocina peruana criolla, es una cocina global, resultado de todo lo que veo  y con todo lo que nos relacionamos. Es espontánea a mil. Intentamos que sea para que vayan todos los días, que se pueda repetir y a cualquier hora. Lima crece, las necesidades crecen". Todo, mientras el cocinero piensa en otros proyectos en Cusco y la Amazonía. Dato: la cocina del NOS está a cargo de Virgilio Martínez y el chef chileno Diego Malhue.

*Vasco Núñez de Balboa 660, Miraflores.

Al Toke Pez

Es uno de los  mejores ejemplos de que los grandes sabores poco tienen que ver con el lugar en donde se sirven. Así pasa con esta cebichería limeña que se ha instalado como una de las mejores de la ciudad.

Lejos de cualquier glamur, Al Toke Pez es un modesto espacio donde apenas seis comensales se instalan en la barra a esperar sus platos. Pero la vista que tienen es una de las mejores del país: directo a los fogones en donde los cocineros, liderados por Tomás "Toshi" Matsufuji, se encargan de armar platos en medio de llamaradas que otorgan al espacio un tinte pirotécnico. Cebiches y saltados comandan en este lugar en el que se mezclan personajes populares y de alcurnia que esperan pacientes por un lugar. Todos con un objetivo claro: probar algunos de los mejores sudados, cebiches, parihuelas y batayakis de Lima. Hay que agradecer que Matsufuji, doctorado en química y guitarrista rockero, se haya decidido finalmente por la cocina. Dato: llegar siempre antes de las 13 horas para conseguir lugar.

*Avenida Angamos Este 886, Surquillo.

Ayahuasca Bar

Es considerado uno de los mejores bares del continente. La razón es simple: de su barra salen algunos de los mejores cócteles que se pueden probar en Perú. Es cierto que para tener una experiencia histórica con el pisco sour hay que ir a los bares de los hoteles Bolívar y Maury, pero en este local se han acercado a una de las mejores preparaciones que se pueden saborear en Lima. Ayahuasca Bar funciona en una vieja casona de fines del siglo XIX que ha sido refaccionada y que hoy exhibe una ornamentación entre chamanista y andina. Estrella indiscutida del lugar es el Ayahuasca Sour con su inigualable mixtura de pisco macerado en hojas de coca, zumo de aguaymanto y tumbo.

*Prolongación San Martín 130, Barranco.

Museo de Arte de Lima (MALI)

Es un referente de la activa vida cultural de la capital peruana. El museo funciona en el Palacio de la Exposición, icónico inmueble limeño que se ordenó levantar con motivo de la Gran Muestra de Arte, Ciencias e Industrias que se realizó en 1872. Hoy, el MALI tiene una colección de más de 12.000 piezas, las que van desde arte precolombino, fotografía, textiles, platería y arte contemporáneo. Recorrer ese edificio de arquitectura ecléctica ayuda a resumir el rico patrimonio peruano.

*Paseo Colón 125, Parque de la Exposición, Lima 1.

Barranco Beer Company

Es uno de los locales más comentados de Lima. En la práctica se trata de una pequeña fábrica de cerveza artesanal donde, además, se puede comer bien. Ubicado en el hiperactivo sector de Barranco, el local -que comenzó como sueño cervecero del abuelo de los actuales dueños- funciona hace dos años y en su carta de cervezas se pueden encontrar diversos estilos, desde dulzonas hasta amargas. El lugar tiene ese tono industrial y metalizado de las fábricas cerveceras, con las instalaciones a vista de los clientes, los que conversan, comen y beben en un entorno marcado por el aroma a lúpulo y cebada. Dos recomendaciones para llenar los vasos: la India Puka Ale (cacheteada de lúpulos aromáticos) y El Duque (de trigo oscura). ¿Y para acompañar? Pretzels de quinoa o alitas del cervecero.

*Avenida Almirante Miguel Grau 308, Barranco.

El Dragón

Se autodenomina "bar-cultural". Y tiene razón, ya que es un establecimiento en donde la parranda se mezcla con variadas expresiones artísticas. En sus afiches de promoción siempre hay una estética entre vintage y kitsch. Lo bueno es que no hay que esperar a que sea fin de semana para que se arme la fiesta. Así, por ejemplo, durante la semana se pueden suceder eventos que combinan cumbia digital, actividades vinculadas con el arte y la presentación de variados DJ. El Dragón, como ellos mismos dicen, se alimenta de lo que pasa en la calle, de nuevos ritmos, melodías e historias.

*Avenida Nicolás de Piérola 168.

Hotel B

Se ha convertido en uno de los hoteles más solicitados de la ciudad. Buena parte de su fama se debe a la belleza de su edificio, un inmueble que fue encargado al arquitecto francés Claude Sahut, hombre que estuvo a cargo de la construcción y restauración de algunos de los mejores edificios y avenidas limeñas. Originariamente fue la residencia de verano, a comienzos del siglo XX, de la familia García Bedoya. Armado con mármol italiano y maderas exóticas, el inmueble dispone de balcones abiertos y amplias terrazas. Convertido en hotel boutique, su restauración es considerada hoy el estándar de cómo deben recuperarse edificios históricos en la ciudad. El Hotel B tiene en su interior una extensa colección de arte y hasta conexión directa a la Galería Lucía de la Puente. Además de sus tres delicados tipos de habitaciones -Atelier, Aposento y Alcoba-, el Hotel B es el sitio ideal para "el lonche", vieja tradición peruana que cosiste en terminar el día con un aperitivo junto a amigos y una buena conversación.

*Sáenz Peña 204, Barranco.