Tras un 2015 complejo para Turquía, marcado por la guerra de Siria, los atentados yihadistas, el paso de miles de refugiados camino a Europa, y los enfrentamientos con Damasco, Teherán y Moscú, llega hoy a Chile el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en el marco de una gira por Sudamérica que tiene como objetivo "diversificar la economía", pero también intentar ampliar la influencia creciente de su país fuera de Medio Oriente. Así Erdogan permancerá en nuestro país hasta el martes y luego visitará Perú y Ecuador.

Se trata de la segunda visita de un Presidente turco a Chile. La primera fue la que hizo Suleyman Demirel en 1995. Sin embargo, no es la primera vez que Erdogan está en Latinoamérica, ya que en febrero de 2015 visitó Cuba, Colombia y México. "La visita forma parte de la ambición a largo plazo de Turquía por expandir su presencia en América Latina, tanto para aumentar su influencia globalmente como para buscar nuevos socios comerciales", aseguró a la agencia France Presse Aaron Stein, experto del centro de análisis estadounidense Atlantic Council.

Recep Tayyip Erdogan ocupa la jefatura de Estado desde 2014, pero junto con su partido de tendencia islamista moderada Justicia y Desarrollo (AKP) ha gobernado Turquía desde 2002, cuando ganó las elecciones y se convirtió en primer ministro (en 2003). Acusado de prácticas poco democráticas por parte de la oposición, ha sido definido como un gobernante "opresivo y autoritario" por el premio Nobel de Literatura Orhan Pamuk.

Esto por la ofensiva contra al menos 18 académicos que firmaron un manifiesto contrario a las políticas del gobierno, por la presión contra la prensa, por la represión de las protestas de 2013 en la plaza Taksim, por sus intentos por aplicar en el país normas islámicas, por su empeño por reformar la Constitución con tal de gozar de más poder como Jefe de Estado y por la reactivación de la guerra contra los rebeldes kurdos en momentos que ganan protagonismo en Irak y Siria, entre muchos otros factores.

Sin embargo, la figura de Erdogan es popular en su país al punto que ganó las elecciones presidenciales de 2014 con el 51,7% de los votos y en los comicios legislativos de noviembre de 2015 su partido logró el 49,1% de los votos. Ese apoyo se sustenta en los años de gobierno de Erdogan, en los que se liberalizó y diversificó la economía del país, puso a Turquía a las puertas de la Unión Europea y alejó -al parecer- definitivamente el peligro de los golpes de Estado.

Erdogan nació en Estambul en 1954. Asistió a una escuela islamista y cuando estudiaba Economía en la Universidad de Marmara comenzó a militar en el Movimiento Islámico Turco. En 2001 fundó el AKP, con raíces en el islam político. Su partido ganó la mayoría absoluta en todas las elecciones legislativas desde 2002 hasta las elecciones de junio de 2015 en las que no obtuvo votos suficientes para formar gobierno. Por este motivo se convocó a unos comicios adelantados en noviembre donde su partido recuperó la mayoría absoluta.

Desde que ganó las elecciones presidenciales en 2014 ha impulsado un referéndum para que Turquía pase de ser una democracia parlamentaria a una república presidencialista que daría más poder a su figura. Sin embargo, aunque tiene mayoría absoluta en el Parlamento con 317 escaños (de un total de 550 diputados), necesita una mayoría calificada de 330 votos para convocar a esa consulta.

Por todo esto Erdogan es considerado un sultán modero y el gobernante más poderoso del país desde Mustafá Kemal Atatürk, padre de la república turca, que estuvo en el poder durante 15 años a partir de su fundación en 1923. Si lograra la reelección en 2019, Erdogan gobernaría hasta 2024, con lo que superaría con creces a Atatürk.