A las 4.00 del viernes, los vecinos de Cerro Navia comenzaron a respirar ese aire nocivo y mugriento, al que están acostumbrados en invierno. Ese que la norma local denomina "malo". Sesenta minutos más tarde, la situación se agudizaba en la vecina Pudahuel y al final del día, Quilicura se sumaba a la lista.
El sábado, la capa de aire inmundo que todos llamamos esmog avanzaba y conquistaba El Bosque. Regía preemergencia, la séptima de la temporada. Y aunque no se llegó al nivel crítico, el aire, para muchos, era irrespirable. Sólo el domingo, recién pasadas las 17.00, los santiaguinos tomaban un respiro, cuando las 11 estaciones de monitoreo exhibían niveles "buenos".
Pero ayer, los santiaguinos pudieron respirar profundo: la lluvia llegó de madrugada, abundante y purificadora. La medición de las 16.00 arrojaba que en Pudahuel y Cerro Navia, las comunas más críticas, se registraron índices que no superaban el Icap 20 (para ser "regular" debe elevarse a 100).
De acuerdo con la Dirección Meteorológica, cayeron 13,4 mm de agua, entre las 2.00 y las 9.00, en el centro. Pero fue en Tobalaba donde más llovió: 18,4 mm.
"La causa fue un sistema frontal frío que dejó lluvias desde la Región de Valparaíso al sur", dijo el jefe de turno, Luis Salazar.
Pese al agua caída, aún persiste el déficit en la zona, que hoy es de un 48%.
Pero lo bueno fue que las precipitaciones trajeron mejoras en la ventilación y ayer la cuenca no sólo exhibía las montañas nevadas, sino un aire limpio.
Las buenas condiciones, eso sí, se mantendrán hasta hoy. Mañana, cambiaría a regular, para mantenerse así por 48 horas.
Nevó en precordillera
Pasadas las 7.30 de ayer, la lluvia que cayó se convirtió en nieve en los sectores altos de Santiago. Según Meteorología, el agua se solidificó y pintó de blanco los techos y antejardines de La Dehesa, Los Trapenses y El Arrayán, en Lo Barnechea. La nieve también se acumuló sobre los vehículos estacionados afuera o que circulaban por la comuna.
Los cerros de la precordillera se vistieron de blanco, al igual que los bandejones del camino Los Trapenses, las plazas y la rotonda Padre José Kentenich. Los paraderos del Transantiago estaban llenos de escarcha.
Un panorama similar se apreciaba en el sector de Las Vertientes y El Canelo, en el Cajón del Maipo.
Arriba en la cordillera, en la mina Disputada de Las Condes, cayeron hasta 13 centímetros de nieve.
La vista se mantuvo por un par de horas, hasta que el clima sorprendió nuevamnete: el cielo gris y la lluvia daban paso a una mañana absolutamente despejada. De los 5,2 °C que había temprano, los termómetros saltaron a los 14,5 °C que se registraron de máxima. Y en Twitter fueron muchos los que subieron las fotos de un Santiago limpio y nevado.