HACE ALGUNOS años, Bill Gates compartía con un grupo de escolares, a los que les dio un consejo: "Sean agradables con los perdedores, porque algún día van a trabajar para ellos".
Despreciados socialmente, toda una generación de opacados poco a poco conquistó el planeta, y hoy son, literalmente, sus dueños. La revista Time escogió en 2010 a los 25 nerd más influyentes del año, entre los que destacó, por supuesto, Mark Zuckerberg, dueño y creador de Facebook, un reconocido nerd en su adolescencia. La lista incluyó a la pequeña Katie Goldman, una estudiante que debió soportar el asedio de sus compañeros por cargar en su mochila una botella con el logo de La Guerra de las Galaxias. En su defensa, su madre creó un blog para denunciar el abuso, generando una cruzada que incluyó un twitter bautizado como "Que la fuerza esté con Katie". Su fama alcanzó tal punto, que recibió la visita de Darth Maul, uno de los protagonistas de La Amenaza Fantasma.
No es la única perdedora que terminó triunfando. En febrero, el líder laborista británico Ed Miliband reconoció que fue un loser en su juventud y que caminaba por el patio del colegio con un cubo Rubik en sus manos. Confesó, además, ser muy diestro en resolver acertijos geométricos, pero muy torpe con las mujeres.
Parece que los perdedores, tarde o temprano tienen éxito, una relación que Therese Borchard, editora de la revista Psych Central y reconocida bloguera norteamericana, analizó, publicando un artículo en que describe seis bondades de ser un perdedor. Anote:
Son realistas (no pesimistas)
Ser realista permite no soñar demasiado y tener metas alcanzables. Los perdedores normalmente van cumpliendo sus objetivos porque están al alcance de la mano. Ser realista, dicen los expertos -que no es lo mismo que ser pesimista-, permite hacer análisis racionales y ver en perspectiva las posibilidades. "El resultado de los retos a los que nos enfrentamos pueden ser positivos o negativos, y aceptarlos nos hará más fuertes y tolerantes", dice en el diario La Opinión de Málaga, el sicólogo de la U. de Texas (EE.UU.), Mauricio Papini.
Son resilientes
Según la bloguera Erika Napoletano, autora de la bitácora Qué es lo que nos hace, los perdedores de la escuela, los que no son los deportistas o las reinas del baile, se transforman en personas resistentes, resilientes y flexibles, que encuentran la manera de ocultarse, adaptarse, y por sobre todo, prosperar. Y ese nivel de resistencia -opina Napoletano- puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso en el mundo profesional.
Son independientes
Muchas de las personas populares dependen de los elogios de sus "seguidores". Sin ellos, ya no son populares. "Cuando uno experimenta el éxito es inevitable que las expectativas suban. Es muy fácil llegar, pero muy difícil mantenerse", dice Papini. El perdedor, por el contrario, no depende de nadie. Por eso es independiente y pocos están preocupados de lo que pueda o no hacer. Eso lo hace libre de elegir apuntarse en el taller o deporte que quiera o escuchar la música que desee.
Son compasivos
El escritor Frederick Buechner define la compasión como "el conocimiento de que nunca puede realmente haber paz y alegría para mí hasta que haya paz y alegría finalmente para ti también". Los perdedores están habituados a sentir compasión porque saben lo que es sufrir. Parece patético, pero una investigación de 2010 de la U. de California en Berkeley (EE.UU.) descubrió que este sentimiento ayuda a reducir el estrés, al hacer a la persona más receptiva al apoyo social.
Son cooperativos
Los perdedores buscan ayudar, porque saben lo que es estar solos, perder. Y según un estudio de 2009 de la U. de Toronto (Canadá),esta actitud de permanente colaboración es positiva. "Por lo general, se acepta que la estrategia de cooperación incondicional era una estrategia tonta", dice Mark Weber, uno de los autores del estudio en la web universitaria, "en algunos círculos académicos se dice que son 'burros', y que la gente los explota". Pero la investigación determinó que quien coopera, lo disfruta. Además, los grupos pasan a ser más productivos, económicamente eficientes y la gente disfruta ser parte de un grupo.
Son creativos
Nadie quiere salir con un perdedor, por eso los perdedores tienen que buscar maneras creativas e ingeniosas de revertir ese pronóstico... Una investigación de 2011 de la U. de Montreal (Canadá) descubrió que las personas acostumbradas a lidiar con emociones negativas son más creativas. Los expertos pidieron a 160 estudiantes que inventaran tantas historias como pudieran después de ver una imagen ambigua. El experimento demostró que quienes previamente habían lidiado con sentimientos negativos, inventaron más y mejores historias.