Para muchos ejecutivos, los Master in Business Administration, o sea, los MBA, se han transformado en una especie de commodity; es decir, han perdido el factor de diferenciación que algún día tuvieron. No obstante, siguen siendo programas apetecidos, porque, por lo mismo, no tener un MBA significa un handicap respecto del resto que ya por defecto ha cursado uno, incluso apenas egresados de la universidad.

Ahora bien, un magíster en administración sí puede marcar una diferencia, dependiendo de dónde se haga. En ese sentido, las universidades extranjeras, y las anglosajonas en particular, suelen conllevar un aumento de las oportunidades de empleabilidad de quienes pasan por sus aulas, así como de sus ingresos potenciales. Pero son muy caras, de modo que cabe preguntarse si el "retorno sobre la inversión" es lo suficientemente alto en relación con lo que cuesta un MBA chileno versus el plus que éstos significan en dichos términos.

De acuerdo a cálculos de DNA Human Capital, un ejecutivo que estudie un magíster en Chile podría tardar siete años en recuperar lo invertido, mientras que los estudiantes de un MBA de EE.UU., por ejemplo, demorarían en torno a 13 años.

Esta conclusión considera tres variables: el costo del programa, lo que se deja de percibir en cuanto a renta durante el tiempo que éste dura y el gasto en vivienda. Tomando valores referenciales, un MBA chileno impartido por algunas de las mejores universidades locales implicaría una inversión total en torno a los $ 113 millones, mientras que un MBA estadounidense costaría aproximadamente $ 373 millones.

La agencia de head hunting consideró entrevistas a 472 personas. De ellas, 275 exhibían un MBA chileno y 197 uno cursado fuera del país. Sobre esa base, constató que el incremento salarial posterior al programa es de aproximadamente un 15% en promedio para el caso chileno, porcentaje que salta a un 27% si el diploma lo entrega una escuela de negocios norteamericana. Si esto es llevado a dinero contante y sonante, implicaría sumar a la remuneración US$ 1.320 y US$ 2.376 extra mensuales, respectivamente.

Murilo Arruda, managing director de DNA, dice que a la luz de estos datos, "si lo que se busca es un retorno a nuestra inversión en un menor plazo, quizás la mejor opción sea realizar el MBA dentro del país. Pero si lo que se busca es rentabilizar la carrera a más largo plazo, la opción sería realizarlo en el extranjero". En definitiva, agrega, "se deben evaluar distintas variables según el objetivo del profesional".

Sin embargo, en opinión de Macarena Rivas, socia de Focus Advisor, no habría una correlación indiscutible que indique claramente que realizar un MBA en el extranjero es más rentable que hacerlo en una universidad chilena. "Esto, con excepción de aquellas escuelas de negocios más prestigiosas del mundo, como Stanford, Harvard, London Business School, entre otras. Los ejecutivos que provienen de estas instituciones son codiciados en el mercado, especialmente en el sector financiero", asegura.

A juicio de Rivas, el valor de realizar un MBA en el extranjero, más allá de asegurar una mayor rentabilidad, es que permite crecer en aspectos fuera de lo técnico, logrando, en muchos casos, tener una visión diferente, más global, y mejorar en el manejo de idiomas, entre otras cosas, lo que se convierte en una ventaja.

De hecho, Alejandra Aranda, presidenta de Humanitas Executive Search, dice que "siempre es preferible estudiar el MBA en un país de habla inglesa, porque sin duda el inglés hoy es un idioma fundamental para quien quiere llegar a altos cargos directivos".

Siempre ayudan

Por los motivos anteriores, frente a dos candidatos con un perfil similar, las empresas, en general, tienden a elegir a la persona que posee un magíster cursado en el exterior.

En todo caso, para los expertos, sea en Chile o en el extranjero, un MBA es un complemento académico para personas con cierto grado de experiencia en gestión de empresas, ya que podrán aprovechar mejor las herramientas que el magíster les entrega. En consecuencia, los ejecutivos de entre 32 y 38 años con experiencia gerencial serían el público ideal para hacer uno de estos programas.

Por el contrario, no serían aconsejables para recién egresados, porque carecen de la experiencia laboral suficiente como para asimilar y aplicar correctamente el conocimiento entregado.

"Si el factor para realizar un MBA es sólo financiero, para los ejecutivos de mayores de 50 y 55 años no sería conveniente. Se espera que a esa edad ya esté ocupando altos cargos en empresas y, por tanto, no habrá mejoría en su sueldo. Sin embargo, puede ser una buena opción para crear network y refrescar conocimientos", acota Arruda.

Por otro lado, un MBA siempre aporta un plus. Aranda precisa que es un título "que habla de una persona inquieta por aprender, que es capaz de soportar el estrés y la presión, y adaptarse a nuevos y distintos escenarios". Todas ellas son habilidades claves para las empresas hoy.