En algunas cosas la industria del cómic norteamericano se parece bastante a Los vengadores. Todos son reclutas y están entre los mejores de sus disciplinas. Aunque no hay superpoderes, en los equipos de editoriales como Marvel y DC Comics sí hay mucho talento. Hace 20 años que el argentino Ariel Olivetti es parte de ese mundo, con un currículum que incluye haber dibujado a Spider-Man, Batman, Los Vengadores y X-Men.
Pero antes de dedicarse a los superhéroes, Olivetti era un autodidacta con ganas de dibujar. Esa es la historia que se relata en Life & artbook, publicado por editorial Dícese, que el dibujante presenta hoy en la Comic Con, a las 13.30 horas, en la Estación Mapocho. En la publicación, Olivetti relata sus inicios en la historieta, recorre en imágenes los hitos más importantes de su carrera y termina en un tutorial de técnicas de color digital. Hoy, Olivetti estará entre las 14 y 15 horas firmando ejemplares y dibujando algunos de sus personajes.
"La idea es motivar al chico para empezar en esta carrera, para que se lance. La mayoría aprendimos solos, porque es un trabajo poco común y no había de quién aprender. Es difícil conocer a un tipo que hace historietas: es casi como conocer a un astronauta de la Nasa", explica sobre su libro. En su caso, todo comenzó hace 25 años, con dibujos en publicaciones locales. Su primera portada fue muy similar a la que ilustra la tapa de su libro. "Ese es un remake de la primera que hice en Argentina. Ahora está rehecha, porque es importante aprender nuevas cosas y cambiar. Me pasa que veo dibujos míos de cinco años atrás y ya no me gustan".
Olivetti comenzó su carrera en la revista Fierro, por la que pasaron dibujantes como Fontanarrosa y Enrique Breccia, y escritores como Ricardo Piglia y Pablo de Santis. "Eso fue entrar por la puerta grande", recuerda. "Es un gran semillero, porque de ahí han salido escritores, cineastas, historietistas. Ahí se ve que el cómic es un gremio que agrupa a muchas artes distintas, en el que hay que embeberse de un montón de lugares distintos para hacer cómic".
Es esta la marca que, para el dibujante, traspasa todo buen trabajo en el noveno arte. Ya sea en una publicación local como en su irreverente historieta para adultos Cazador de aventuras (1991-2001), o en su trabajo con superhéroes mundialmente conocidos para DC Comics y Marvel. "Cuando te contratan, lo hacen pensando en el estilo, la visión y la forma de dibujar de ese artista. Y pese a que los personajes ya están muy definidos, dejan muchas cosas al libre albedrío. En ese sentido, el cómic tiene muchas más posibilidades que las películas. Puedes ver a millones de Batman dibujados de distintas formas".
En el caso de Olivetti, el héroe de Ciudad Gótica conserva el traje oscuro, pero gana en enorme masa muscular. "Trato de que el dibujo sea bastante exagerado, hasta medio gracioso de lo excesivo. Eso, porque mi estilo tiene un acabado bastante realista: el color, la anatomía, los volúmenes están muy estudiados. Pero es necesario tener un vuelo con la exageración y por eso también nunca trabajo con fotografía", explica.
Son esas las diferencias que ve con la actual ola de películas supertaquilleras basadas en cómics. Pese al éxito en el cine, eso no se traduce en una mayor lectoría de las historietas. "Es muy extraño lo que pasa con las películas. En realidad, la impresión en papel de historietas ha disminuido. En Estados Unidos el cómic antes se compraba con el vuelto, pero ahora se ha convertido en un artículo caro, incluso para los norteamericanos. Para nosotros en Latinoamérica es carísimo. Por otro lado, gracias a las películas muchos chicos volvieron a conocer los superhéroes".
A esos jóvenes entusiastas está dedicado el libro que presenta en Comic Con. "Siempre se necesitan gráficos", asegura Olivetti. "Hay que estudiar mucho, pero ahora, con internet y la nueva tecnología, es más fácil".







