La jueza Marcela Figueroa tiene 45 años y desde 2004 se desempeña como una de las magistradas del 13º Juzgado de Garantía de Santiago. Durante sus ocho años en el tribunal, la magistrada ha fallado en numerosos casos de relevancia, y entre sus pares es catalogada como una magistrada "muy decidida" en sus resoluciones. De hecho, la Corte de Apelaciones de Santiago ha revocado algunas resoluciones adoptadas por la magistrada en más de una oportunidad.
A fines de 2006, Figueroa dejó en libertad al ex carabinero Alvaro Aguirre, quien, estando de civil, había matado de un disparo en el rostro a un trabajador en Peñalolén, aduciendo que éste había intentado robarle. Su decisión se basó en que estimaba que no había peligro de fuga por parte de Aguirre. El ex policía fue condenado a cinco años de libertad vigilada por la Corte de Apelaciones de Santiago. En 2007, otra resolución de la magistrada abrió una controversia con el entonces fiscal metropolitano Oriente Xavier Armendáriz. Un fiscal bajo las órdenes de Armendáriz pidió a la magistrada una orden para detener a un hombre que había confesado ser autor de un homicidio. La jueza se negó, pero el funcionario del Ministerio Público decidió seguir adelante y presentó al sospechoso ante el tribunal. Debido a esto, otros jueces del tribunal al que pertenecía Figueroa presentaron un reclamo ante el fiscal Armendáriz. Incluso, la detención del imputado fue declarada ilegal. Aun así, al final del juicio el acusado fue encontrado culpable y enfrentó una condena.
Otro caso en el que le correspondió pronunciarse fue tras la detención de dos anarquistas acusados de atacar con bombas molotov el cuartel de la Brigada de Homicidios de la PDI en septiembre de 2009. Pese a los argumentos de la fiscalía, la magistrada Figueroa dejó solo en arresto domiciliario a los sospechosos, pero luego la Corte de Apelaciones de Santiago revocó su decisión.