Los primos Marcos y Esteban Grimalt han hecho del volley playa un nicho. Les ha ido bien internacionalmente, han tenido presencias en copas del mundo y hasta rasguñaron una clasificación a los Juegos Olímpicos, logros impensados para el vóleibol tradicional. Pero, por un tiempo, ambos volverán a las raíces, pues reforzarán al Club Deportivo Linares.
El desafío comienza hoy mismo: el Sudamericano de Clubes Campeones, que jugarán como locales en esa ciudad de la Región del Maule.
Todo partió porque las grandes figuras del campeón nacional, Javier Dagá y el argentino Esteban Cabrera, no pudieron recuperarse de sus respectivas lesiones, por lo que el técnico Jaime Grimalt echó mano a refuerzos de lujo: su hijo Esteban y su sobrino Marcos Grimalt.
Este último asegura que "queremos ir paso a paso. Primero hacer una buena etapa de grupo y después luchar por un cupo al Mundial, si se nos da la oportunidad".
El torneo, que reúne a ocho equipos, no sólo entrega una copa, sino que también dos cupos para el Mundial de Clubes de Doha.
El mismo Marcos Grimalt reconoce que no ha sido fácil la vuelta a jugar en piso: "Estamos recién adaptándonos, llevamos cinco días trabajando, así es que con Esteban estamos 'lentos por las piedras', pero felices de aportar a Linares, donde comenzamos todo".
Jaime Grimalt comentó que "Marcos y Esteban nos vienen a dar un envión en la parte deportiva y anímica. La decisión fue muy difícil, pero como no tienen compromisos (en el volley playa) hasta noviembre, aprovechamos de llamarlos. Han trabajado poco, pero ya están en ritmo de juego y se conocen desde siempre con los compañeros". En el equipo también están Jaime y Rafael Grimalt, otros hijos del DT.
El gran favorito para ganar uno de los pasajes a Qatar es Cruzeiro. ¿El otro? "Nosotros siempre vamos por todo, vamos a ver hasta dónde llegamos", analizó el DT nacional.