El investigador húngaro Dennis Gabor no es una de las figuras más famosas de la ciencia, pero en 1971 sus estudios le permitieron ganar el Nobel de Física, y cada año la Sociedad Internacional de Ingeniería Óptica entrega un premio que lleva su nombre. Su gran aporte fue la invención en 1947 de la holografía, una técnica que, mediante lentes y equipos especiales, registra la luz que se disemina en un objeto y genera una imagen tridimensional que no sólo exhibe relieve y profundidad, sino que también presenta una perspectiva en 360 grados. En otras palabras, crea fotos que parecen flotar y estar vivas frente al espectador.

Por décadas el uso de estas imágenes estuvo limitado al mundo del arte y el cine, gracias a los rudimentarios hologramas exhibidos por Salvador Dalí en 1972 y al famoso ajedrez 3D generado con efectos especiales en el filme Star Wars de 1977. Sin embargo, hoy esta tecnología está dejando de ser una gran promesa para convertirse en una herramienta real. Su potencial quedó demostrado en la reciente versión 2015 de la feria de videojuegos E3, la más importante de esa industria y donde la empresa Microsoft dejó a todos sorprendidos.

Ahí, ante decenas de espectadores reunidos en el Centro de Convenciones de Los Angeles, Sax Persson, ejecutivo de la división Microsoft Studios, se subió sonriente al escenario y se colocó las gafas HoloLens, mientras que una cámara especial desplegaba ante el público en enormes pantallas lo que Persson veía con ellas.

El ejecutivo se sentó frente a una muralla donde repentinamente apareció un mapa del popular juego de construcción Minecraft. Luego, se paró ante una mesa que estaba vacía… hasta que dijo "crear mundo" y los asistentes vieron cómo aparecían bloques tridimensionales que formaban grandes castillos. Luego, gestos manuales de Persson activaban fenómenos como truenos y relámpagos.

Los aplausos se volvieron ensordecedores porque Microsoft no sólo demostraba que los hologramas ya no son sólo ciencia ficción, sino que también pueden ser manipulados.

Las gafas HoloLens incluyen sensores de movimiento y un nuevo microchip, el cual procesa la voz, los gestos y la información que rodea al usuario. El aparato, que saldría a la venta durante este año,  funciona con el nuevo sistema operativo Windows 10 -el cual se liberará de forma gratuita en julio- y funciona inalámbricamente sin ninguna conexión física a un PC o smartphone: la mirada del usuario reemplaza el cursor y un gesto con el dedo índice equivale a un clic del mouse.

Para los analistas, el proyecto HoloLens es el más ambicioso y el más concreto en el ámbito de la holografía y le da un impulso definitivo a una industria todavía incipiente pero que podría expandirse a ámbitos como la educación y la medicina. Un ejemplo es Holus, un dispositivo de escritorio similar a un microondas transparente y que convierte prácticamente cualquier contenido digital en detallados hologramas. El equipo de la empresa H+ Technology, que en dos horas duplicó el financiamiento que buscaba en Kickstarter, puede generar hologramas del sistema solar para estudiantes o transformar una videoconferencia en una imagen similar al mensaje de la Princesa Leia que RD-D2 reproducía en Star Wars.

Para Dhruv Adhia, jefe de tecnología de H+ Technology, los hologramas son el siguiente gran medio de transmitir e interactuar con la información: "Por primera vez, vemos el mundo real pintado con pixeles digitales. Por primera vez el mundo digital se ha adentrado en el mundo real. Esto ya ha cambiado la forma en que interactuamos con las máquinas".

De la arquitectura a la medicina

Una de las aplicaciones más prácticas de estas nuevas herramientas está en la arquitectura y el diseño. Los diseñadores de HoloLens crearon una aplicación llamada HoloStudio, que permite a los usuarios manipular objetos que parecen flotar en el aire y cambiar su forma, tamaño y color. Con esta tecnología, una persona interesada en comprar una casa podría colocarse las gafas y apreciar cómo se vería si coloca un mueble en un determinado lugar o en otro. Si la persona diseña una bicicleta puede visualizarla en tamaño real, girarla, intercambiar componentes y luego enviar el concepto a una impresora 3D.

Alex Kipman, un ingeniero de Microsoft que ayudó a crear el sistema de detección de movimiento Kinect para la consola de videojuegos Xbox, es uno de los responsables de esta tecnología y afirma que incluso un cirujano podría visualizar con detalle una nueva técnica para operar un corazón y aprenderla sin  siquiera tomar un escalpelo real. Con HoloLens también se potencia la educación y asistencia a distancia: un gasfiter, por ejemplo, puede dibujar en su iPad las instrucciones para instalar una nueva pieza en el baño mientras el usuario puede verlas en tiempo real ante él.

"Existe una amplia gama de posibles aplicaciones, ya sean teleconferencias holográficas, operaciones médicas a distancia o salas de clases holográficas. Nuestro kit de desarrollo permite que inventores y diseñadores exploren todas estas posibilidades. Los comentarios que hemos recibido de Holus nos indican que es una excelente plataforma para disfrutar una experiencia social similar al de una fogata de campamento.  Los padres dicen que es ideal para el aprendizaje colaborativo y una excelente experiencia educativa para sus hijos", explica Dhruv Adhia. De acuerdo con James  McQuivey, analista de la consultora Forrester, si el aparato tiene éxito, "expandirá la forma en que las personas interactúan con las máquinas, tal como el mouse en los 90 y cómo lo hicieron las interfaces táctiles con el lanzamiento del iPhone en 2007".

Adhia concuerda con esta afirmación y da otro ejemplo. Su empresa instaló una versión un tanto más grande de su equipo Holus en la sede de Vancouver de Ronald McDonald House, una institución sin fines de lucro que aloja a familias de niños hospitalizados y sujetos a  tratamientos extensos. El aparato fue instalado en la "habitación mágica": "Había una niña llamada Maisie. No podía caminar y los médicos no sabían por qué. Ella visitó esa habitación cada día junto con su madre durante una hora. Allí interactuó con personajes holográficos durante un mes y, para sorpresa de todos, al terminar ese período la madre se dio cuenta de que la niña había mejorado su equilibrio y había empezado a caminar".

Explorando el espacio 

La agencia espacial de Estados Unidos, NASA, también se sumó al desarrollo de esta tecnología. Gracias a una alianza con Microsoft, creó un software llamado OnSight, el cual permitirá a los científicos usar HoloLens y trabajar como si estuvieran en Marte. La plataforma usará los datos e imágenes recogidos por el robot Curiosity, que recorre el planeta desde 2012, para generar simulaciones holográficas en 3D del terreno del planeta rojo. En estos ambientes virtuales, investigadores de todo el mundo podrán trabajar colaborativamente y podrán caminar a través de la rocosa superficie marciana o agacharse para examinar formaciones rocosas desde distintos ángulos.

"OnSight le da a nuestros científicos la habilidad de explorar Marte desde sus oficinas. Esto cambia radicalmente nuestra percepción del planeta y la manera en cómo entendemos el ambiente que rodea al robot", dijo Dave Lavery, uno de los expertos a cargo de la misión del Curiosity, en un comunicado. "Previamente, nuestros expertos se veían atrapados frente a una pantalla de computador. Esta herramienta les da la habilidad de recorrer los alrededores del robot tal como los haría en nuestro planeta un geólogo de campo", agregó Jeff Norris, director del proyecto OnSight en el Laboratorio de Propulsión de la NASA.