EL FIN DE SEMANA pasado el Dakar remató en La Moneda. Y dentro de la efervescencia del evento apareció un grupo de sujetos en moto que seguía la caravana oficial. Eran mayores de 40 años, que en la semana andan de traje y corbata en directorios de empresas y el fin de semana recorren carreteras sumando más integrantes a una moda que tiene, justamente, a los mayores de 40 años sobre una moto. Y no estamos hablando de los típicos grupos que andan en Harley Davison.
Se trata de una tendencia que se refleja en las carreteras, en las automotoras y en las oficinas de permisos de circulación que ven llegar a estos motoqueros con buen poder adquisitivo, que prefieren los buenos hoteles y restoranes y que con hijos ya más grandes, se toman el tiempo para practicar su nuevo hobby.
CULPA DEL NIDO
Rodrigo Fuenzalida, gestor inmobiliario de 52 años, compró una moto en 2008 y hoy, por lo menos un fin de semana al mes, le saca el jugo a su BMW 1.200. "A mi edad ya termine el trabajo de educación con mis cuatro hijos; puedo asumir estos riesgos. Ya estoy con el síndrome del nido vacío", cuenta Fuenzalida. Y él, de acuerdo a Cristián Reitze, gerente de Asuntos Corporativos de Honda Motor Chile, es un ejemplo de lo que es el principal impulsor de esta tendencia: personas que con la llegada de los hijos dejaron de andar en moto y que ahora vuelven al hobby. Un hecho que constata la Municipalidad de Providencia, donde la cifra de mayores de 40 que sacaron carné para conducir motos aumentó de 788 en 2011 a 895 en 2012.
Dentro de este grupo están también los que se pasan del mundo del Enduro, donde después de algunos años notan que el cuerpo ya no les da para subir y bajar cuestas. Es ahí cuando optan por motos grandes, con motores sobre los 650 centímetros cúbicos. Es el caso del ingeniero Mario Sanino (46): "La mayoría hicimos toda la vida Enduro, pero llega un minuto en que para hacer viajes más largos y cómodos nos cambiamos a estas motos", cuenta. ¿Las preferidas para el cambio? Las de 1.200 centímetros cúbicos que, según Hugo Norambuena, gerente general de Triumph Motorcycles Chile, tienen la ventaja de ser versátiles: sirven en caminos asfaltados y de tierra y tienen una autonomía de ruta de aproximadamente 350 kilómetros andando hasta 120 kilómetros por hora. Las preferidas por el segmento son las BMW, compañía que tiene en Chile, dentro de los 13 países de la región, la mayor venta de motos.
Mayoritariamente compuesto por ejecutivos con buena situación económica, este segmento -que está en expansión- de aficionados a las motos gastan aproximadamente 13 millones de pesos en una de estas máquinas, además de una cifra considerable en accesorios como maletas, GPS, porta Iphone, casco, chaqueta, guantes y botas.
Es decir, son hombres que están dispuestos a entrar a este mundo con todos los costos que eso involucra. Incluso, los familiares. Como le pasó al ejecutivo Mauricio Matus (40), al que sus amigos motoqueros molestan recordándole las conversaciones que tuvo con su mujer cuando él se compró su BMW 1.200. Aunque Matus es rotundo: "La moto no es un tema en discusión, mi señora me conoció con moto".
Otros optan por convencer al enemigo, como Fuenzalida, quien invita a su mujer a los viajes. "Es súper importante que ella comparta, cuando no lo hace se vuelve un problema grande. Dices 'me voy a Mendoza por el fin de semana' y ella se queda sola", cuenta. Aunque, como relata el vendedor de una tienda, no todos lo manejan tan bien: a veces los clientes después de comprar un casco o chaqueta por más de 400 mil, rompen la boleta y el voucher y dicen en la casa que lo compraron usado.
VIAJEROS
Las juntas de motoqueros son en las casas, ahí organizan rutas e intercambian datos de compras. También se reúnen en tiendas del rubro, el café Le Fournil, de Lo Castillo, o la bomba de bencina al final de la autopista Costanera Norte, donde se reúnen los sábados en la mañana para hacer rutas fuera de la capital. "Santiago no es un buen lugar para andar", dice Juan Eduardo Soto, ejecutivo de 52 años, refiriéndose a lo complejo que es moverse en la ciudad con motos de 250 kilos. El, como la mayoría, en el día a día deja la moto en la casa y se mueve en su otro vehículo.
Y como la mayoría, también, viaja con cuatro o cinco amigos como medida de seguridad, cuando la idea es pasar fuera un fin de semana o para el ya habitual viaje largo que se hace una vez al año. Lo mismo pasa con Juan Carlos Terzago (comerciante, 54), quien viene llegando del Dakar y dice que andar "en carretera es mucho más seguro y atractivo que Santiago".
Para el "viaje largo", los destinos preferidos son la Carretera Austral, Punta Arenas, Ushuaia, el norte de Chile, Bolivia, Perú y las provincias interiores de Argentina. Y cuando el destino es el norte, algunos optan por mandar las motos en camiones y vuelan hasta Arica, donde comienzan las rutas. El retorno también lo hacen en avión.
Pero hay un segmento que prefiere que le organicen los viajes y contratan los planes de las empresas que los descubrieron hace un rato como nicho. Entre las ofertas están desde un viaje corto por un fin de semana (300 mil pesos) hasta trasladarse a Estados Unidos o Europa para andar por las carreteras extranjeras (5 o 6 millones). "Ellos quieren hacer un Dakar en el día, pero en la noche llegar a un hotel cinco estrellas", dice Juan Pablo Silva, dueño de Mototravel, una de las empresas que organiza los periplos con rutas, hotelería y restoranes coordinados de antemano y que cuentan con camionetas de apoyo en caso de desperfectos técnicos o que la pareja de alguno (que acostumbran acompañarlos en estos viajes de todo un fin de semana) prefiera hacer tramos de la ruta sobre el vehículo. Desde Mototravel dicen que la demanda en este segmento aumentó en 45% durante 2012. Lo mismo pasó en Motoaventura.cl, quienes asumen un alza de 40% en la demanda. Mientras que en Motouring, empresa que ofrece equipamiento para motos y pilotos, cifran el aumento de los mayores de 40 en 50%.