El grupo Brescia se caracteriza por su extremado bajo perfil. Tanta discreción, sin embargo, no fue suficiente para evitar, esta semana, un rol protagónico en las páginas económicas de la región, tras comprar los activos de Lafarge, la mayor cementera local, en US$ 555 millones, una operación que hace sinergias con su actividad de producción de clinker en Perú. La operación los transformó de pronto en el mayor grupo peruano en Chile, un país con el que, sin embargo, sus lazos son más amplios de lo que se advierte a simple vista.

Con una historia de 100 años y 59 empresas bajo su control, entre ellas la primera pesquera del mundo y la segunda productora de azufre, los Brescia conforman hoy uno de los dos mayores conglomerados de Perú, y a su cabeza están los hermanos Pedro y Mario Brescia, de 87 y 79 años, quienes partieron con unas tierras heredadas de su padre, Fortunato Brescia Tassano, un italiano que llegó a Perú a fines del siglo XIX.

Reacios a hacer alianzas, sólo han hecho dos excepciones en su vida. Una es con el grupo chileno Sigdo Koppers, con el que invertirán US$ 650 millones en una planta de nitrato de amonio y amoniaco en la localidad de Pisco, para enfrentar mejor la fuerte competencia de las multinacionales. "Se conocen hace 20 años, tienen una gran afinidad y ambos manejan negocios de explosivos (Exsa por Brescia y Enaex por los chilenos). Dependiendo de cómo resulte el negocio conjunto, podrían evaluar nuevas oportunidades", comenta un profesional ligado a ambos grupos.

El BBVA es su otro socio. Con él se unieron para hacer frente al grupo Romero, controlador del Banco de Crédito. Juntos están en el Banco Continental, el segundo de Perú, con una participación de 50% cada uno. La paridad se mantiene en el Holding Breca, que controla la AFP Horizonte.

Contactos con Chile

Los Brescia, en todo caso, tienen más lazos con Chile. Con el fallecido Anacleto Angelini, por ejemplo, Mario Brescia hablaba por teléfono e intercambiaba conocimientos en materia pesquera, desde los efectos del fenómeno de El Niño hasta las vedas que se hacían en cada país.

Como la base de su negocio es lo inmobiliario -una parte importante de sus ingresos proviene del arriendo de centros comerciales-, Mario y Pedro Brescia tienen contacto con el presidente de Falabella, Juan Cuneo, y con los hermanos Lázaro, Michel y Andrés Calderón, de Ripley. Otros operadores chilenos en Perú -en Lima se menciona a Senerman, Bethia y Enaco, entre otros- han intentado asociarse con ellos en distintos proyectos. Según fuentes peruanas, en el último tiempo fueron contactados por LarrainVial, con la idea de incorporarlos al fondo inmobiliario que mantienen desde 2008 en Perú.

Las bases del negocio

Son el grupo empresarial más diversificado de Perú y su vocación es ser los primeros en todas las áreas en que invierten. Tienen bancos, aseguradoras, clínicas y AFP; pesqueras y empresas alimenticias; mineras y firmas de explosivos; fábricas de pinturas e industrias; compañías agrícolas e inmobiliarias. Como la tierra fue la base de su fortuna, Mario y Pedro Brescia atienden con especial atención a los negocios agrícola e inmobiliario. En el primero, su centro de operaciones es la zona de Ica, al centro de Perú. Tienen allí más de 1.000 hectáreas, donde cultivan cítricos, paltas y uva pisquera. Son los principales exportadores de pisco premium bajo el nombre de Viñas de Oro, que en Chile distribuye Eduardo Chadwick.

En lo inmobiliario son, por lejos, los mayores. Poseen cerca de 610.000 metros cuadrados de área arrendable -casi dos veces la superficie del grupo Parque Arauco en Chile- y más de 450.000 metros cuadrados en terrenos para distintos usos. "Manejan un inventario de 1.000 propiedades y contratos de alquiler", dice un desarrollador peruano. "Sus padres compraron una finca donde hoy está San Isidro y San Borja, la lotearon hace años y se quedaron con los mejores paños", cuenta el ejecutivo.

Para desarrollar San Isidro le traspasaron a la norteamericana Sears, en los años 50, el paño en el que hoy está Saga Falabella. "Los Brescia lanzaron las principales urbanizaciones de Lima: Maranga, Corpac, parte de San Isidro, San Borja y Naranjal (hoy Los Olivos). Esa fue la base del poder del grupo y de ahí el cariño y dedicación que le profesan", dice un cercano. Su filosofía es no vender, sino arrendar. "No hay que desprenderse de la tierra", es el lema de Mario Brescia.

La relación con la autoridad

Los Brescia han sido extremadamente cautelosos con el poder político. Con Alan García tienen una relación cordial, pero no cercana, dice un analista estratégico peruano. En el grupo lo confirman. "Somos muy activos hacia el interior y muy discretos hacia el exterior, muy prudentes en las relaciones con el gobierno. En un país como el nuestro, es contraproducente dar apoyos explícitos. Eso nos ha permitido sobrevivir 60 años sin problemas", dice un alto ejecutivo.

Su estilo es la discresión. Y eso se aplica también en la relación con el empresariado peruano. "En los gremios participamos, pero no tomamos el liderazgo en forma directa", confirma un cercano al grupo. Eso sí, son activos entre bastidores. Instados por Sigdo Koppers, y a raíz de sus vínculos con los retailers chilenos, han participado en el Consejo Empresarial Chileno Peruano. Juan Francisco Raffo, presidente del capítulo peruano de la organización, dice que la entidad "se ha convertido en una plataforma para hacer negocios para los Brescia y una forma de relacionarse con sus pares chilenos".