SER los primeros chilenos en vender tissue de alta gama en Estados Unidos. Esa es la meta de la familia Izquierdo Menéndez con su última incursión empresarial, una planta de papeles para la fabricación de productos descartables (pañuelos, servilletas, toallas femeninas, entre otros), en la VIII Región, en la que invertirán US$ 120 millones, con el objetivo de producir 65 mil toneladas anuales.

"La apuesta es riesgosa", reconoce el presidente de Forestal y Papelera Concepción, Roberto Izquierdo, quien está en este negocio con dos de sus 11 hermanos, Vicente y Rosario, en el que participan a través de Comasa. Esto, porque el producto por el que apuestan debe ser del más alto nivel, lo suficiente como para llegar al mercado premium del país del norte. Estados Unidos es un consumidor maduro de tissue y junto con Europa Occidental lidera la demanda mundial. "Si uno quiere exportar, tiene que llegar con una oferta incluso mejor a la que se fabrica a nivel local", señala.

En Chile, el principal productor de tissue es CMPC, del grupo Matte, que también tiene plantas en México, Perú y Argentina, y vende el producto terminado, no el insumo, como es su apuesta.

Para los Izquierdo, socios en proyectos eléctricos y forestales, el proyecto no ha sido fácil. Partiendo por la adquisición de un nuevo terreno en el Parque Industrial Escuadrito, en Concepción, que ha sido compleja, porque si bien la promesa de compra se firmó a inicios de este año, el extenso papeleo hizo que recién en los próximos 15 días se cierre definitivamente el trato. El paño, de 25 hectáreas, colindará con las 20 hectáreas que la familia ya poseía en ese lugar, en la cual ya maneja una fábrica de papel destinada a la confección de cajas de cartón corrugado.

La adquisición, además, les resultó cara. Sin querer entregar una cifra, Izquierdo explica que el valor del suelo está al alza en Concepción. "En Hualpén, los terrenos industriales valen dos y tres veces más que hace 5 o 6 años atrás. Es muy difícil adquirir un terreno nuevo, los mejores sitios ya están ocupados", cuenta el empresario.

Para el negocio del tissue, le pidieron a Metso Corporation que les suministrara la maquinaria necesaria para llegar al volumen planificado. Hoy el proyecto está en su etapa inicial, con movimiento de tierra, con sus estudios de factibilidad terminados y los permisos ya adquiridos. La idea, explica, es comenzar a fabricar a inicios de 2015.

Una dificultad que tendrán que enfrentar tiene que ver con el transporte. "Los fletes de este tipo de materiales son muy caros", comenta. Y hay otro detalle. Los contenedores donde se traslada el producto "no se pueden llenar con 25 mil kilos, porque los rollos son voluminosos, de 2,6 metros y de 1,20 metro de diámetro. Por eso, sólo se pueden depositar 8 mil kilos", explica.

La forma en que van apilados es otro tema, porque no se pueden cargar y tampoco arrugar. "Con este papel hay que llegar al top del precio y eso implica estar en el top de calidad. Sin eso, el negocio no conviene", afirma. Otro punto a resolver es cómo se abastecerán de celulosa. Para eso, podrían tener contratos con el grupo Arauco y con CMPC. "No tenemos bosques y no vamos a producir celulosa blanca, que es de muy buena calidad", apunta.

En una primera etapa, la idea es destinar el 100% de la producción al mercado americano. A futuro, sin embargo, no descartan utilizar al menos un 20% en la fabricación de toallas femeninas o de papel higiénico, cuyo destino podría ser "Perú u otros países de la región", según adelanta.

Costo energético

No sólo el papel premium está concentrando la atención de la familia Izquierdo. También están avanzando con fuerza en la expansión de su planta de papel corrugado.

El empresario relata con estusiasmo la transformación que ha tenido esta fábrica, que inicialmente producía papel periódico y que sufrió las consecuencias del tema energético. Según cuenta, tras renegociar su contrato de suministro eléctrico con Endesa, a fines de 2005, sus tarifas subieron desde los US$ 33 por megawatt (MW) que cancelaban antes, a US$ 35 por MW. Además se agregó una cláusula que estipulaba que si el costo marginal (valor al que se transa la energía entre empresas y generadoras) subía a US$ 50 por MW, el costo quedaría 10% abajo; es decir, en US$ 45 por MW. Fue entonces que se dieron cuenta que la situación se complicaría y echaron pie atrás en el proyecto.

En enero de 2006, el precio ya había saltado a US$ 90 por MW. El resultado: la empresa sólo pudo producir los fines de semana, a un precio de US$ 60 por MW. "Pero al poco andar tuvimos que cerrar la fábrica. Eso pasó en la Semana Santa de ese año. Estábamos perdiendo entre US$ 200 y US$ 300 por tonelada de papel", recuerda.

Dos años se demoraron en transformar la fábrica de papel de diario en una de papeles industriales para corrugar y fabricar cajas. Gracias a este negocio, el consumo eléctrico bajó de 20 MW a 4,5 MW. Actualmente están embarcados en una inversión de US$ 15 millones para expandir la fábrica y producir 104 mil toneladas en vez de las 80 mil toneladas que hoy procesan.

Esta ampliación está en marcha blanca desde fines de septiembre y ya se trabaja con la expectativa de generar unas 100 mil toneladas de papel corrugado al cierre de este ejercicio. Parte de la fabricación se va a la confección de cajas de cartón más sofisticadas para la exportación de cerezas. Para ello, están trabajando con la importadora de Fruta San Francisco, ligada a Hernán Garcés, y están hablando con otras empresas del rubro.

Nuevos negocios

Además de estos negocios, está su incursión en la industria eléctrica. En 2010, la familia destinó US$ 42 millones para la instalación de una planta térmica en Lautaro. La unidad de biomasa forestal, de 25 MW, entró en operaciones un año después. La mayor parte de la energía se destina a abastecer al sistema eléctrico y lo mismo va a suceder con la nueva unidad que instalarán en la misma zona. La segunda central tendrá una capacidad de generación de 22 MW, para lo cual invertirán más de US$ 40 millones. La unidad será de biomasa agrícola (paja), comenzará a funcionar a inicios del próximo año, inyectando energía al sistema eléctrico y luego, cuando parta la planta de tissue, destinará 12 MW a abastecer dicha operación.

Pero la diversificación de los intereses de la familia va más allá. Gracias al cambio en la elaboración de papel, los Izquierdo Menéndez adquirieron del 50% de Reciclados Industriales. Esto, para asegurar el abastecimiento de papel reciclado, insumo necesario para la fabricación del papel que hacen en la planta.

Roberto Izquierdo dice que a pesar de que Chile tiene una alta tasa de reciclaje, cercana al 70%, aún es deficiente para abarcar las necesidades del mercado interno en el rubro de las cajas de cartón, mercado relevante por la exportación de frutas. Señala que el país consume unas 550 mil toneladas de cajas de cartón y además importa unas 150 mil toneladas más.

Debido a esa carencia, con sus nuevos socios están ampliando las plazas de acopio, sumando tres más a la que existe en Renca. Se trata de Placilla, Hualpén y La Pintana. Las dos primeras están más avanzadas y la última recién está en la fase de adquisición del terreno. En este negocio, indica que son los segundos del mercado, liderando este ranking CMPC con su filial Sorepa.

Además de papel, están reciclando aluminio de la mano de otra empresa del grupo: Petroquim. Izquierdo también está concentrado en liderar el nuevo gremio que agrupa a estas empresas. Se trata de la Asociación Nacional de la Industria del Reciclaje A.G. (ANIR) que reúne a más de 10 operadoras, entre las que está Pesquera La Portada, Comasa, Metalum, Tecnorec y Sorena, entre otras. La idea de esta entidad es unir voces en la tramitación del proyecto de ley que regula el reciclaje y que prontamente ingresará al Congreso.