Lejos de los millones de dólares que adornan los deportes norteamericanos, o el mismo fútbol, existe una elite de jugadores que son los mejores de sus respectivas categorías y que no llenan páginas ni noticieros como otros atletas de deportes colectivos, cuyos salarios ni siquiera llegan al millón de dólares anuales y que no por eso dejarán de ser los mejores a la hora de hacer un ranking de importancia. Eso, sin contar ingresos por publicidad y auspicios, donde las cifras realmente se disparan.

Nikola Karabatic tiene 27 años. De padre croata y madre serbia, este jugador nacionalizado francés de balonmano es lejos el mejor del mundo. Algo así como el "Lionel Messi" del hándbol, pero cuyo "Cristiano Ronaldo" está a muchos kilómetros siquiera de acercársele.

Pese a llevar a Francia a un oro olímpico, dos mundiales de la especialidad y uno europeo, "Karamatrix" -como le llaman en Europa- se tuvo que ir hace dos años del THW Kiel de Alemania para firmar por el Montpellier galo, con un salario que apenas pasa los 800 mil dólares anuales, el más alto de la historia en este deporte.

Claro que nunca alcanzará los 32 millones de dólares de sueldo que se embolsa, por ejemplo, Alex Rodríguez, beisbolista de los Yankees de Nueva York.

Tampoco está cerca de los 29 millones de la moneda estadounidense que percibe el camerunés Samuel Eto'o en Rusia.

El delantero cambió el Inter de Milán y la competitividad de la liga italiana por el Anzhi y los petrodólares.

Situación similar es la del voleibolista serbio Ivan Milijkovic. Considerado una superestrella de este deporte y elegido varias veces mejor jugador de Europa, ha debido deambular por varios países donde este deporte es profesional para conseguir una paga acorde a su calidad.

Actualmente, el ganador del oro olímpico en Sydney 2000 juega hasta 2012 con los colores del Fenerbahce turco, luego de jugar dos temporadas en el Olympiakos griego, con un salario que ronda los 750 mil dólares cada 365 días. Y eso que su sueldo está muy lejos de la media de las ligas profesionales de esta disciplina.

En el rugby es lo mismo. Inglaterra y Francia tienen las ligas profesionales más importantes, pero la media de los jugadores británicos apenas llega a los 130 mil dólares.

En Francia están los mejores sueldos, donde Racing Metro de París tiene los salarios más altos del planeta: el apertura neozelandés Dan Carter (1,9 millón de dólares) y el tercera línea francés Sébastien Chabal (US$ 1,55 millón). Aunque este último también recibe ingresos por sus participaciones en publicidad, especialmente desde que se hizo más conocido en el Mundial de 2007.

El hockey patín tiene una realidad aún más pobre. Barcelona de España es el mejor equipo del planeta, claro que sus jugadores mejor pagados: Pablo Alvarez y Josep María Ordeig tienen un salario anual de 250 mil dólares.