Este año, la industria espacial se reunió en la Fidae donde presentó tecnologías que permitirán alcanzar al satélite que Perú compró en 2014 a Airbus y que será el más poderoso de la región por su capacidad de observación.
El Fasat Charlie posee una precisión de 1,45 metros, lo que significa que cada pixel en una imagen representa un cuadrado en la superficie de la Tierra de 1,45 metros, mientras que el Asrosat-300 de Perú será de 0,7 metros, lo que significa que cada pixel representa un cuadrado en la superficie de la tierra de 0,7 metros o 70 centímetros.
En la Fidae estaba Kai de Corea del Sur con el satélite Kompsat de 0,5 metros. También la firma estatal IAI de Israel. Pablo Paltiel, representante de IAI en la sucursal Colombia, explicó que cuentan con aparatos que no están en la gama de satélites baratos debido a su alta resolución y vida útil. Aunque declinó entregar más detalles, señaló que la tecnología que ofrecen ya supera los 0,8 metros.
Otro de los asistentes al evento fue ThalesAlenia Space, donde el Estado francés es el principal accionista. Eric Pailharey, director Comercial y de Marketing para el Cono Sur, dijo que el precio de un proyecto satelital de observación puede estar del orden de los US$130 millones de dólares en el mercado. Sin embargo, precisa que los precios varían de acuerdo a los requerimientos de cada país. "Este tipo de proyectos se desarrollan en unos tres años desde la firma del contrato al lanzamiento", dice Pailharey, quien agrega que ya poseen aparatos de 0,7 metros y vida útil de 10 años.
Al evento también asistió Airbus, que se adjudicó la construcción del Fasat Charlie en 2008. Aunque la firma no presentó ningún modelo de en particular, Christophe Roux, director de Airbus Defence and Space en América Latina, explicó que están seguros que son la única empresa a nivel mundial que tiene una amplia oferta de distintas categorías de satélites.
"Tenemos que escuchar lo que el cliente quiere, es fundamental", señala. Por esta razón, indica que no puede decir nada más del caso chileno hasta que se conozcan los requerimientos.
Antes del Fasat Charlie, estuvo en el espacio el Fasat Bravo, cuya construcción la lideró la firma británica Surrey. Benjamin Stern, a cargo del Desarrollo de Negocios, dice que tienen opciones para ofrecer a Chile.
Stern plantea que los costos no tienen que ser "astronómicos", pueden ir desde los US$50 millones a los US$150 millones.
Como ejemplo, recuerda que las primeras imágenes de Nueva Orleans que utilizó EE.UU. tras el huracán Katrina, fueron de la agencia espacial de Nigeria, que cuenta con un satélite de 22 metros, de bajo costo, destinado a aplicaciones civiles. Las militares, en tanto, son las que requieren más precisión.
Hasta ahora Surrey ha lanzado 47 satélites, inspirados en la filosofía de Martin Suiting, su fundador, quien apuesta porque los satélites sean de pequeña escala aprovechando al máximo la tecnología disponible.