Brasil entró ayer anticipadamente en la campaña presidencial de cara a las elecciones de octubre de 2014, luego de que la noche del miércoles el ex presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, hiciera un llamado por un segundo mandato de la gobernante Dilma Rousseff, descartando, de paso, que él vaya a ser candidato a la presidencia. "Si (la oposición) tiene dudas, vamos a responderle con la reelección de Dilma en 2014", enarboló Lula durante un acto en que el oficialista Partido de los Trabajadores (PT), conmemoró los 10 años que lleva al mando de Brasil. Ante correligionarios de su partido que además celebraban los 33 años del PT, el ex mandatario (2003-2011) enfatizó: "Ellos (los detractores) están inquietos porque percibieron que están sin valores, sin discursos y sin propuestas, porque frente a todo lo que ellos pensaron hacer cuando fueron gobierno, nosotros hicimos más y mejor".
Durante el acto realizado en São Paulo fue presentado, además, el lema "del pueblo, por el pueblo y para el pueblo", que, según sostuvo ayer el diario O Estado de São Paulo, guiará la campaña de Rousseff el próximo año.
"La estrategia del PT es anticiparse al debate mientras que sus rivales están todavía organizándose y eligiendo a sus candidatos", comentó a la agencia Reuters Rafael Cortez, analista de la consultora paulista Tendencias. Según el experto, Lula -quien el miércoles se vio más recuperado tras un tratamiento contra un cáncer de garganta diagnosticado a fines de 2011- podría tener un rol clave a la hora de buscar algún tipo de acercamiento con Marina Silva, su ex ministra de Medio Ambiente (2003-2008), que en los comicios presidenciales de 2010 se enfrentó a Rousseff y obtuvo el tercer lugar con un sorpresivo 20% de los votos, forzando a Rousseff a una segunda vuelta con José Serra. "Dilma es el plan A del PT. Y Lula el encargado de construir lo que sea necesario para ganar las elecciones", agregó Cortez.
Aecio Neves, posible candidato del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (Psdb), para las elecciones de 2014, cuestionó los hechos de corrupción dentro del PT y recordó el escándalo de desvío de dinero conocido como "mensalao", que tuvo lugar en 2005, durante el primer gobierno de Lula. Criticó también al PT de adjudicarse conquistas económicas que -dijo- sólo fueron posibles gracias a la estabilidad económica lograda por el predecesor de Lula, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso.