La sorpresiva reunión del gabinete ministerial y el alto mando militar venezolanos, convocada a las 11.20 de ayer en el Palacio de Miraflores, fue la primera señal. El vicepresidente Nicolás Maduro reconoció tras la sesión el agravamiento de la salud de Hugo Chávez. "Estas horas son las más difíciles que hemos vivido desde la operación" que el mandatario se realizó el pasado 11 de diciembre, aseguró. Poco después de ello, cuando se esperaba un nuevo parte médico, Maduro reapareció por cadena de televisión visiblemente afectado, para informar lo que catalogó de "tragedia histórica". "A las 16.25 de hoy (ayer) ha fallecido el comandante", dijo.

Con la voz resquebrajada y lágrimas en el rostro, Maduro explicó que tras reunirse con la cúpula política y militar del país se dirigieron al Hospital Militar de Caracas para "seguir la secuencia de salud" de Chávez, pero recibieron la "información más dura y trágica que podamos transmitir a nuestro pueblo". Indicó que Chávez, de 58 años, falleció "luego de batallar duramente con una enfermedad durante casi dos años". "Nosotros, civiles y militares, asumimos su herencia, su proyecto, sus banderas serán levantadas con honor y con dignidad", amplió luego Maduro en alabanza a Chávez, quien no pudo asumir el que sería su tercer mandato desde que llegó al poder en 1999.

"En este dolor inmenso de esta tragedia histórica que hoy toca a nuestra patria, nosotros llamamos a todos nuestros compatriotas hombres y mujeres a ser los vigilantes de la paz", pidió Maduro, quien desplegó a las FF.AA. y la policía "para acompañar y proteger a nuestro pueblo, y garantizar junto a nuestro pueblo la paz". En tanto, el ministro de Defensa, Diego Molero, prometió hacer cumplir la Constitución y la voluntad de Chávez: "Nos encontramos cohesionados para cumplir y hacer cumplir los preceptos constitucionales y la voluntad de nuestro líder comandante en jefe".

El canciller Elías Jaua informó que las exequias de Chávez comenzarán hoy en la Academia Militar en Caracas y seguirán hasta el viernes, día del funeral. Además, indicó que a partir de ayer se declararon "siete días de luto nacional" y la suspensión de clases hasta el próximo viernes. Agregó que preservar la paz en el país es el "mejor homenaje que le podemos hacer".

A su vez, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, señaló que desde el Legislativo se aprobará lo necesario "para que se le hagan los reconocimiento al hombre más grande que ha parido este país en muchos años".

Antes de que anunciara la muerte de Chávez, Maduro había utilizado un discurso bastante polarizador. Así, denunció que el cáncer que padecía el mandatario fue inoculado por los "enemigos históricos" de Venezuela, comparando su cuadro con el supuesto envenenamiento del líder palestino Yasser Arafat. Al mismo tiempo, expulsó a dos miembros de la Agregaduría Aérea de la embajada de EE.UU. en Caracas, por "proponer proyectos desestabilizadores" a militares venezolanos. Y llamó a "cerrar filas en torno al comandante de la clase obrera". Según el analista venezolano Boris Muñoz, Maduro intentaba así "mostrar control (de la cúpula política y militar), unidad (atacando a los enemigos históricos) y capacidad de sembrar miedo en sus adversarios (anunciando investigaciones y represalias)".

Minutos antes de que se confirmara la muerte de Chávez, el Departamento de Estado calificó de "absurda" la afirmación de que EE.UU. tuvo que algo que ver con la enfermedad de Chávez. Previamente, el Pentágono rechazó "absolutamente" las acusaciones a sus agregados.