Llevo nueve años viviendo en el norte de Irak, y si de algo me he dado cuenta desde que llegué, es de lo terriblemente sensibles que son aquí las personas respecto de sus temas religiosos. Las diversas manifestaciones que se han visto estos días en el mundo islámico como consecuencia de un video hecho en Estados Unidos, que para los musulmanes es una ofensa a sus creencias, no es ninguna sorpresa.

Cuando hace seis años, un periódico danés publicó una caricatura del profeta Mahoma con una bomba sobre su cabeza, en lugar de un turbante, me tocó vivir parte de esa furia en carne propia. Esa vez, el Consulado chileno en Siria sufrió un incendio sólo por haber estado en el piso de arriba de la Embajada de Dinamarca en ese país, atacada por musulmanes indignados. En tono de broma le dije a un iraquí, que trabaja como chofer en la ONG humanitaria de la que soy parte, que nos habían quemado el consulado. Su respuesta me sorprendió por el fondo y la forma: "Se lo merecen por haber jugado con nuestro profeta", me dijo, sin ocultar su ira.

Esa frase me golpeó duro, sobre todo porque era la respuesta de alguien que yo consideraba un musulmán moderado. Este era un hombre que se vestía como occidental, que consumía películas y música norteamericanas y además bebía alcohol, algo prohibido en los países islámicos. Aprendí la lección y decidí ser más cauto.

A pesar de que estoy en el norte iraquí, en una ciudad de un millón y medio de habitantes llamada Sulaymaniyah, conocida como "Las Vegas de Irak" -aquí hay fiestas, alcohol y prostitución-, igual se siente en el ambiente que la reacción al video estadounidense va a ser mucho peor a la de la caricatura danesa. Aunque aquí en el norte aún no hay manifestaciones públicas, como en las ciudades vecinas de Erbil y Mosul o en la capital, Bagdad, donde se han quemado banderas y símbolos de Estados Unidos, en mi ciudad hay tensión. Lo único claro por el momento es que algunos canales han lanzado mensajes incendiarios y que el viernes recién pasado los sacerdotes de mi ciudad, llamados mullah, se iban a juntar para decidir qué pasos seguir. Lo más probable es que inciten a los ciudadanos a salir a las calles a manifestarse. El gran objetivo de estas protestas es que el video salga de Youtube y que, ojalá, el Presidente Obama pida disculpas.

Eso va a ser el comienzo. En mi ciudad, considerada liberal en Irak, el Partido Islámico, de orígenes fundamentalistas-religiosos, ha subido de un 1% en las elecciones de hace unos años, a un 16% en 2012. A la gente en Medio Oriente le gusta hablar de religión, de las diferencias que hay con las creencias occidentales, pero -salvo algunas excepciones- el prejuicio es grande con los que llegan de afuera: a todos se les mira como norteamericanos. A mí, que soy un chileno trabajando para una ONG con base en Houston, Texas, no sólo se me mira como estadounidense, sino también a veces como espía. Muchas veces hay desconfianza, la cual mezclada con furia podría ser muy complicada...

Tengo una mujer chilena, tres hijos y un cuarto en camino. En general, la inseguridad ha crecido para los extranjeros en Medio Oriente. Quizás se esté acercando la hora de salir del camino de Mahoma. Y volver a Chile.