Llegué a vivir a San Miguel a los cinco años, antes vivía en Macul. Fue una época muy difícil para mi familia, la inestabilidad del trabajo era algo que estaba ahí presente. En esa época no teníamos teléfonos ni auto o televisión, tampoco vacacionábamos y la posibilidad de comprar ropa nueva era muy lejana. De hecho, cuando salí del colegio mi padre quería que estudiase algo corto y me pusiera a trabajar para ayudar en la casa

Aunque no lo parezca, soy bastante gracioso. Quizás lo que se conoce de mí es una personalidad más grave, pero creo que soy bien chistoso, me gusta jugar al humor absurdo. Mis papás eran así, yo creo que salí un poco a ellos.

Al menos en nuestro curso, el futuro de "pateando piedras" no fue real. Estudié en liceo con números, donde conocí a Jorge González y a Miguel Tapia. Era un colegio gratuito con menos expectativas que otros colegios en San Miguel, en donde la enseñanza era supuestamente mejor y tenías mayores posibilidades de entrar a la universidad. En la actualidad he vuelto a ver a varios de mis compañeros de esa época y diría que casi todos están muy bien.

La vida me ha sorprendido mucho. Nunca me imaginé que yo iba a escribir un libro, que iba a sacar discos solistas, que iba a ser candidato a diputado o que iba a trabajar en radio y televisión. Mi vida antes era tocar con mis amigos en una banda de rock y pasarlo bien juntos. Hoy se ha transformado en otra cosa: la música hoy es mi trabajo. Hay cosas que nunca soñé y no me cierro a nada, pero voy con calma.

Fui candidato independiente a diputado en el 2009. Fue una idea que no me nació a mí, pero que me lo ofrecieron y que me pareció bien. Mi candidatura era de las más pobres, salí tercero entre otros nueve candidatos y perdí, lo que es curioso, porque en el sistema binominal muchas veces el tercero sale electo. Me han ofrecido volver a ser candidato, pero no me interesa. Hoy me parece muy valioso lo que han hecho los más jóvenes, Gabriel Boric o Giorgio Jackson, eso de decir que hay que tomar las cosas y cambiarlas.

Abandoné la música un par de veces. Tomé esa decisión porque no es tan fácil ser músico. En algún momento quería más estabilidad en mi vida y no tener que estar pensando en el eterno disco que después no podía grabar. Aburre estar en proyectos con más gente que involucra mucho trabajo y poco sueldo. Con Los Prisioneros solamente llegué a ganar plata en la época en que nos reunimos en el 2001.

Participé en el programa El Baile de TVN y creo que me hizo bien. Al principio no acepté, me pareció una idea loca, pero al final lo veo como algo positivo en mi vida. Me ayudó para no darle importancia a lo que el resto pudiera decir de mí.

Me apasiona la lectura. Es un hobbie que he desarrollado con el tiempo, sobre todo con los libros de historia. En el colegio no me gustaba tanto leer, porque pasaba todo el día pensando en la música, las clases se me hacían algo muy latero.

Fui abandonando el fútbol. Cuando chico jugaba mucho a la pelota con los amigos del barrio. Era hincha del Colo-Colo y tenía simpatía por Cobreloa, pero eso lo he ido perdiendo con el tiempo. Los últimos acontecimientos en cuanto a corrupción y el dinero han hecho que mi entusiasmo por el fútbol se vaya perdiendo.

Tocábamos en el barrio alto y en San Miguel nadie nos conocía. Eso era muy raro, porque para nosotros era entrar en otra realidad. Ibamos a colegios como el Verbo Divino, el Saint George o el Grange School y lo comparábamos con nuestro liceo: allá era todo limpio, todo en orden y con las tremendas construcciones. La gente nos recibía muy bien, nos empezaron a seguir y le tenían cariño a la banda, eso nos descolocaba un poco, porque, al mismo tiempo, cuando llegábamos de vuelta a San Miguel nadie sabía que tocábamos.

Con Miguel Tapia seguimos siendo amigos. La historia de Los Prisioneros es muy complicada, nos ha puesto muchas veces en momentos opuestos, en donde la relación era de mucha tensión, producto de esa historia. Hoy en día no tenemos problemas, somos amigos, nos llevamos bien, nos reímos mucho y viajamos juntos haciendo conciertos.

No quiero volver a tocar el tema de Jorge González, no me parece sano. Todo lo que tenía que decir está en mi libro.