Señor director:

Hemos leído con atención la carta del señor Makluf sobre el mapa de Tierra Santa, y pese a que no logramos entender su queja, queremos subrayar el notable ejercicio de acrobacia lingüística para hablar largamente de Israel sin mencionar una sola vez su nombre.

Pero esta actitud de tapar el sol con un dedo y desconocer la realidad no es un fenómeno que nos sorprenda. El ala radical palestina tiene dificultades para renunciar a la aspiración de un estado que incluya todo el territorio israelí, como hemos visto últimamente en las camisetas del equipo de fútbol Palestino, que enarbolan todo el mapa de Israel. Por otra parte, recordemos que la Resolución 181 de la ONU sobre la partición fue rechazada justamente por los árabes palestinos. Si la hubiesen aceptado, tendrían su propio estado junto al Estado de Israel.

Sin embargo, el espíritu de negación de Israel que prevalece desafortunadamente hasta hoy con la firma del acuerdo entre Al Fatah y Hamas (declarada organización terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea), sigue siendo un obstáculo a los esfuerzos de paz de la comunidad internacional.

Andrés Meyer K.

Presidente Consejo Chileno Israelí