Luego de 15 meses de bajo perfil, Marco Enríquez-Ominami estrenó esta semana su partido, el PRO, y retomó una intensa agenda pública. El ex abanderado desembarcó planteando la necesidad de realizar un "profundo debate programático", que lleve a la formación de un frente amplio opositor. "La cúpula sigue en la lógica patrimonial de administrar el 30% y no está por alcanzar un consenso con las fuerzas progresistas. No obstante, sé que en la base concertacionista coinciden con mi planteamiento y tengo claro que llegaremos a un acuerdo con o sin la venía de la elite", afirma.

Enríquez también aborda su actual posición en las encuestas y los factores que determinarán la carrera presidencial, con miras a 2014. "Estoy consciente de que éste no es mi momento. Hoy la energía está en el gobierno y por eso hay que darle un tiempo. Mi estrategia consiste en acumular fuerzas y pensar a largo plazo. Parto de cero, porque todavía estoy viviendo la derrota, no la niego, al contrario de lo que hacen muchos políticos".

El presidente del PS, Osvaldo Andrade, lo invitó a enviar un documento para ser discutido en el próximo congreso socialista. ¿Es un primer paso para empezar el debate programático que usted pide?

No, el gesto del presidente del PS es simplemente un acto de educación mínima, luego de que los presidentes de los partidos ni siquiera respondieran las cuatro invitaciones que les he enviado para debatir. Los dirigentes de la Concertación tienen una actitud autoritaria porque, gracias al binominal, se sienten dueños del Parlamento y creen que no necesitan conversar con nadie.

¿Le da algún valor a esa invitación?

No. La pregunta pendiente es por qué los presidentes de los partidos no responden mis invitaciones… Esto es un simple truco y me están dando la "cachetada del payaso". No veo ningún cambio de actitud en ellos. Para mí, Andrade es una mala copia de (Camilo) Escalona, porque quiere parecer tolerante, cuando en realidad no lo es.

¿Qué planteará en el documento que enviará al PS?

Que hay que dejar de hablar de economía y empezar a debatir de política. Esta es la hora de la política. Además, en el documento soy muy crítico de la actitud del PS, porque está siendo cómplice, a través de Camilo Escalona, de la llamada "ley contra los díscolos". Esta obliga a quienes se presenten como candidatos independientes a desafiliarse de sus partidos un año antes de la elección, lo que atenta contra la democracia y es una muestra de una colusión, muy parecida a la que hicieron las farmacias, entre el gobierno y la oposición.

¿No cree necesario que se mantenga algún orden en los partidos y evitar una avalancha de "descolgados"'?

El orden en política lo tienen que dar las ideas, lo otro es infantilizar el debate y tratar a los políticos como niños. ¡Si esto no es un colegio! Los presidentes de los partidos se están transformando en verdaderos alcaides de cárcel. El verdadero objetivo de esta ley es que se presenten menos candidatos e impedir que surjan nuevos partidos. Camilo Escalona y Pablo Longueira la están promoviendo justamente porque quieren proteger su patrimonio. Yo me pregunto si es que es tan importante la estética de los partidos, ¿por qué Escalona no utilizó el logo del PS en su campaña? ¿Por qué la gran mayoría de los candidatos no nombran a sus partidos cuando hacen campaña?

¿Si se produce un debate programático, usted participaría en una elección primaria en la Concertación?

Yo siempre he propuesto primarias vinculantes, pero sólo estoy dispuesto a participar en ellas si es que antes se realiza una profunda discusión de ideas.

¿Se ve en una elección con la ex Presidenta Michelle Bachelet?

En la última elección el candidato fue un ex presidente y le fue muy mal, entonces, hay que reflexionar sobre esta tesis que se está instalando de que el 2013 las cartas más fuertes son Lagos y Bachelet. Sobre todo cuando desde el 2005 venimos escuchando que es necesario un recambio generacional.

¿Es una suerte de veto?

Yo no veto a nadie, pero ella misma ha dicho que los portadores de ideas deben también representar el recambio.

Algunos analistas sostenían en 2009 que las principales fortalezas de su candidatura pasaban porque usted era una carta nueva y alejada de los partidos. Hoy, figuras como Laurence Golborne representan esos mismos atributos. ¿Teme que en este nuevo escenario su nombre pierda fuerza?

¿Lula fue cuatro veces candidato y le pasó eso? ¿A Allende? ¿A Lagos? Las alternativas presidenciales no son como un yogurt con fecha de vencimiento. Cuando sea el momento, nosotros sorprenderemos con nuestras ideas. El 2010 y el 2011, después del terremoto, la gente no ha estado esperando que se la sorprenda, sino que se le dé seguridad. Sé que hoy marco 0% en las encuestas. Ni siquiera el 1 ó 2%, el 0. Pero no estoy preocupado, recuerde que cuando lancé mi candidatura marcaba como -1%.

¿Qué opina del ministro Golborne como alternativa presidencial?

El 2007 la encuesta CEP, que para muchos es un oráculo político muy certero, decía que Soledad Alvear sería la próxima presidenta, que José Miguel Insulza tenía la segunda opción y que Piñera la tercera. Eso fue a mediados del gobierno de Bachelet y mira cómo cambiaron las cosas. ¿Dónde está hoy Soledad Alvear? Yo soy opositor y muy crítico del gobierno de Piñera, ya que no ha cumplido su promesa de eficiencia; sin embargo, le reconozco sus esfuerzos para no llevar al gobierno la derecha de Sergio Onofre Jarpa.