Coautora de El Dictador (con Vicente Muleiro), la primera gran biografía de Jorge Rafael Videla, María Seoane encarna un fenómeno de los profundos cambios de Argentina. Exiliada durante el régimen militar, volvió al país para trabajar en una de las primeras revistas creadas en democracia: El Periodista. Se lució en revista Noticias y en Clarín, y hoy es funcionaria del gobierno K, fuertemente enfrentado a dichas publicaciones. Directora ejecutiva de Radio Nacional, Seoane habló ayer con La Tercera.
Usted ha dicho que Videla no era un loco ni un demonio, y que tenía un objetivo premeditado ¿Quién más fue Videla?
El fue un emergente de la historia argentina. El emergente de un Ejército que venía de participar en golpes de Estado desde 1930. El fue el hombre indicado para asociarse con la burguesía y el hombre que necesitaban para reformar la economía. Los empresarios representados por José Alfredo Martínez de Hoz (el primer titular de la cartera de Economía de la dictadura) necesitaron a Videla. Ellos reformaron la matriz económica productiva, que antes del golpe tenía un 6% de desocupación y un 50% de los trabajadores participaba en el ingreso nacional. Un año después, esa proporción pasó a ser 13% de desocupación y 28% de participación en el ingreso.
¿Qué otras cosas cambió el gobierno de Videla?
Bueno, hasta 1976, Argentina era uno de los países mas armónicos de América Latina, con altos niveles de acceso a la salud y educación pública. Un año después del golpe, la situación cambió notablemente. La matriz industrialista de salarios y un nivel de vida fue sustituida por el capitalismo de la especulación financiera, que desguazó a Argentina. La crisis estalló finalmente en 2001 y puso al país casi al borde de la disolución nacional. Porque si bien la dictadura terminó en 1983 tras una guerra infame (la de las Malvinas), sobrevivieron el modelo y la matriz económica hasta el estallido de 2001. Con lo cual, y es importante aclarar, aun hoy la matriz de valoración financiera resiste, y esa es la discusión que tenemos sobre dolarizar o pesificar la economía
¿En Argentina siguen habiendo heridas?
Sí, claro. En la desestructuración del sistema político que estalló en 2001.
¿Conoció a Videla?
No, porque las entrevistas para el libro las hizo Guido Braslavsky. Pero sabemos que fue un hombre muy familiarizado con la muerte desde su nacimiento. Su nombre Jorge Rafael es el de sus hermanos mellizos que murieron al nacer. La muerte le dio identidad desde el nacimiento, luego se la dio el Ejército, que él representaba. Un Ejército antipopular, golpista, que cuando intervenía era para hacer el trabajo sucio. La dictadura fue un pacto cívico-militar con el binomio Videla- Martínez de Hoz.
¿Cómo vio que manejó la relación con Chile y con Pinochet?
Más que una amistad fue una sociedad ideológica-política con Pinochet, que se materializó luego en el Plan Cóndor. Sólo tuvieron problemas de nacionalismos, que se dieron en el conflicto del Beagle.