El alcance de la ofensiva Margen Protector que Israel ejecuta en Gaza se encuentra a mitad de camino entre la Plomo Fundido, de 2008, y la Pilar Defensivo, de 2012, con la inusual variante de que en esta ocasión acepta plenamente a Hamas como patrón de la franja. La fuerza militar que la noche del jueves cruzó la frontera con Gaza se asimila a la que estaba en ese territorio a mediados de enero de 2009, cuando daba su último suspiro la ofensiva Plomo Fundido, la operación militar israelí de mayor envergadura desde 1967 en Cisjordania y Gaza. En ella murieron unos 1.500 palestinos y 13 israelíes, una diferencia propiciada por la contundencia con la que el Ejército israelí irrumpió en los centros poblados de la franja en busca de los máximos líderes islamistas, un objetivo que no estuvo presente en 2012 ni, en principio, lo está en 2014. Iniciada el pasado 8 de julio con intensos bombardeos aéreos con el objetivo declarado de "castigar" a Hamas por el lanzamiento de cohetes, tal y como ocurrió hace dos años, la actual ofensiva no incluye dos de los componentes que se contemplaron en la de Plomo Fundido. Por un lado, en 2014 Israel no cree ya posible que pueda desmantelar por sí mismo las amplias infraestructuras de cohetes de Hamas, un arsenal que antes de la ofensiva calculaba entre 9.000 y 10.000 proyectiles, la inmensa mayoría de corto y medio alcance. Por esta razón, y siempre sujeto a la evolución de los acontecimientos en el terreno, ha definido como único objetivo de esta incursión la destrucción de túneles, una "amenaza" que el Ejército considera "inmediata", después de que dos comandos islamistas tratasen de entrar en Israel esta semana. El general (R) Dani Rothschild, director de la Academia de Política y Estrategia en el Centro Interdisciplinario de Herzliya, instó a diferenciar entre "túneles económicos", que servían para el comercio antes de que Egipto los cerrara en 2013, y "túneles de huida" en los que los líderes islamistas suelen refugiarse en caso de guerra. El objetivo de esta operación, destacó, es sin embargo los "túneles de ataque", aquellos que cruzan desde Gaza a territorio israelí y que se han convertido en el nuevo "talón de Aquiles" de Israel desde que el sistema antiaéreo Domo de Hierro ha desarticulado en gran medida la amenaza de los cohetes.
En principio "ilimitada en el tiempo", la ofensiva Margen Protector se diferencia también de la Plomo Fundido en la particularidad de que Israel no se plantea derrocar a Hamas, que controla Gaza desde 2007. Con la excepción del canciller Avigdor Lieberman, y de otros pocos líderes ultranacionalistas, ninguno de los miembros destacados del Ejecutivo de Netanyahu cree positivo para Israel deshacerse del gobierno islamista en la actual coyuntura. Y es que, sencillamente, las alternativas que ve Israel por delante son mucho peores, entre ellos el fantasma de la anarquía y la posible entrada de grupos islamistas radicales afines a Al Qaeda y que ahora se encuentran en el Sinaí egipcio.
Docente y corresponsal de la agencia Efe en Jerusalén.