Si en Chile lo que  abundan son las farmacias, en Bangkok lo que inunda las arterias, centros comerciales y hoteles son espacios para el relajo y la distensión. Hay de todo, desde lugares sencillos y rústicos -aunque siempre cuidados- donde un masaje de pies de una hora no vale más de cuatro mil pesos, hasta otros de ensueño -generalmente al interior de los mejores hoteles - con aromas especiales, música celestial, ornamentación delicada y manos que saben hacer su trabajo.

Casi siempre la oferta incluye cuatro opciones básicas: masaje de cuello, pies, aromaterapia o tailandés. Este último es una apuesta arriesgada: la vez que lo pedí me pareció más una sesión de tortura que de sosiego. Tendido sobre un tatami pronto tuve a una chica menuda y de cara angelical hundiendo sus codos y rodillas por distintas partes de mi cuerpo. A eso agregaba estiramientos de extremidades que más parecían desmembramientos. La hora de sesión se me hizo interminable y, aunque al salir descubrí sus efectivos resultados descontracturantes, jamás he vuelto a pedir uno. Pero lo importante es que en Bangkok cada quien puede tener el masaje que quiera y al precio que desee. Y que puede hacerlo por toda la ciudad.

La cima del relax

Hay pocos lugares del mundo en que se encuentra el lujo y dedicación del Hotel Mandarín Oriental de Bangkok. Todo es superlativo y nadie que se aloje ahí quiere volver a salir de este recinto emplazado a orillas del río Chao Phraya. Servicios como el de su centro de relajo explican por qué. Se llama The Oriental Spa y es considerado uno de los mejores del mundo. El lugar no está en el mismo hotel, sino que al frente, a donde se llega cruzando el río a bordo de unos hermosos botes de estética thai. Ahí comienza el relajo y sigue cuando los clientes son recibidos con un té y un rito de limpieza de pies. Después, una terapeuta entrega sugerencias sobre los procedimientos más adecuados según lo que busque cada uno.

Por esas lujosas instalaciones han pasado personajes como Elizabeth Taylor, Pierce Brosman, David Beckham y Demi Moore y siempre está la posibilidad cierta de toparse con algún rostro VIP en el lobby del local. Yo no me encontré con ninguno, pero poco me importó. La sensación es simplemente de otro mundo. Eso sí, eso se paga. Por ejemplo, un programa de dos noches de alojamiento más diversos tratamientos en el spa cuesta un millón de pesos en habitación single. En pareja sube al doble.

Las opciones más "económicas", son de 500 mil pesos y son de seis horas. "Acá el cliente encuentra recompensa por una experiencia de lujo que se basa en la hospitalidad tailandesa y en productos naturales de la más alta calidad", dice Nartrudee Bridi, directora del Spa del Mandarín.

www.mandarinoriental.com

Spa y copas

El lugar es extraño, pero encantador. Es un bar, una escuela de cocina, un salón para eventos y tiene restaurante de comida tailandesa, india y otro japonesa. Es como una vieja casona de campo chilena, pero tailandesa, donde distintos espacios se ocupan para diversas cosas. El complejo se llama Face y esconde un encantador recinto de masajes al cual sólo llegan los que tienen "el dato".

Spa at Face es pequeño e íntimo. Un espacio calmo en medio de esas calles llenas de atascos y agitación. Acá la mente se relaja, el cuerpo se descomprime y el relajo gobierna. La opción más cara, de tres horas de duración, vale 65 mil pesos y a la salida se puede parar en alguno de sus restaurantes o tomar un trago en el bar. Así debiera ser todo relajo.

www.facebars.com

So… amazing

El So Spa está en el piso once del Hotel Sofitel y es una pequeña perla de la ciudad porque combina lo mejor de la maestría tailandesa en materia de masajes y una amplia oferta francesa en materia de cosmetología.

Decorado como si fuera un bosque mitológico Himmapan (que aparece en algunos clásicos libros tailandeses), el So Spa tiene una vista espectacular del enorme parque Lumphini allá abajo, que el cliente aprecia mientras se sumerge en una tina caliente y llena de sales y pétalos de rosa.

En el piso once hay seis habitaciones y tres suites para una variedad de tratamientos que uno quisiera que no terminaran nunca. Sólo los nombres de ellos invitan a viajar a estados placenteros: Srihapapata, Gann Muntha, Anodarth, Manthakinee… Los básicos comienzan en doce mil pesos, mientras que los más completos en 55 mil pesos.

www.sofitel-so-bangkok.com

Arroz con leche


The Divana Virtue Spa funciona en una centenaria casona con jardín privado en la céntrica calle Sathorn. En una ciudad que en esta época se derrite de calor y humedad, el lugar ha ideado novedosos tratamientos para mantener a raya los efectos y huella que el clima deja en la piel, por ejemplo, una terapia basada en aceites de arroz tailandés orgánico especialmente pensado para las pieles secas. A esa opción se suman alternativas con aloe vera, piedras calientes y hierbas tailandesas y todo termina de manera gloriosa, con un baño de aceites de arroz de jazmín y leche.

www.divanavirtuespa.com

Sin jet lag


Buena parte de los millones de turistas que llegan hasta Tailandia lo hacen después de largos vuelos. Por eso hay establecimientos que tienen planes específicos para eliminar las molestias del cambio de horario, como el reconocido spa del Hotel Le Méridien donde primero revitalizan, con baños de sales y masajes, los pies del cliente y luego le hacen un masaje aromático del cuerpo completo, pero con énfasis en la cabeza y cuello.

En Le Méridien saben lo que hacen. Por algo el spa ocupa el sexto piso completo del hotel que está lleno de agradecidos clientes que se reparten a través de las cuidadas y sofisticadas habitaciones (dos de ellas para tratamientos en pareja) en donde abunda el silencio y los aromas deliciosos. La atención es tan personalizada que el cliente escoge hasta la música de fondo.

www.lemeridienbangkokpatpong.com

Señor relajo

Los hombres tailandeses tienen poca vergüenza. Se visten como quieren, pueden andar con pantuflas en un centro comercial y no les preocupa que los vean en las salas de espera de las clínicas de tratamientos faciales que abundan en los mall. Ahí, igual que en la sala de un dentista, mujeres y hombres esperan por sus inyecciones de botox.

Con los masajes sucede lo mismo: los hombres van por ellos sin problemas y por eso i.sawan Residencial Spa & Club del Hotel Gran Hyatt, se ha especializado sólo en ellos y sus clientes son preferentemente hombres y deportistas. A los que se ejercitan de forma exigente o vienen de viajes largos les ofrecen el Man Space Sports y a los estresados, el The Man Tranquility (con aceites calientes) o el The Man Space Healing Balance (piedras y cristales calientes que ahuyentan la baja energía y el estrés).

El masaje de 60 minutos para deportistas cuesta 55 mil pesos, mientras que los tratamientos por el día valen 250 mil pesos. El lugar además incluye gimnasio, cancha de tenis y squash.

www.bangkok.grand.hyatt.com

La tierra de la buena salud


Health Land es una cadena de ocho establecimientos de relajación ampliamente reconocida en Bangkok. Su objetivo es abarcar todos los aspectos de la buena salud y para eso venden productos orgánicos, tienen restaurantes vegetarianos, farmacia, librería, salas de meditación y salones donde realizan seminarios. Además cuentan con cómodos estacionamientos (algo que siempre se agradece en Bangkok) y un público variado que va desde expatriados, oficinistas, dueñas de casa y universitarios.

Health Land se parece más a una pequeña clínica que a un spa. Acá no hay la ostentación y lujo desbordante de otros recintos, pero sí un servicio impecable, con profesionales de experiencia en la atención y un precio conveniente. Como ir a comer al Eladio, pero en versión masaje.

El Royal Thai, que es el paquete más caro y que ocupa por cuatro horas las suites del lugar, vale 170 mil pesos, pero el resto de las opciones tienen precios bajos, como el tradicional masaje tailandés por dos horas que cuesta nueve mil pesos.

www.healthlandspa.com