La idea es que cualquier persona que llegue a una farmacia a comprar un remedio, lo reconozca fácilmente. Eso, porque los medicamentos bioequivalentes tienen dos considerables ventajas para la salud y el bolsillo: poseen la misma eficacia terapéutica que un producto de marca y son hasta 20 veces más baratos.

Por eso, a contar de julio próximo, todos los medicamentos que tengan su bioequivalencia demostrada ante el Instituto de Salud Pública (ISP) deberán portar una banda amarilla en la zona inferior de cada envase, como un sello distintivo de la certificación, que irá destacada en letras rojas.

"Una vez que está comprobada la calidad (del fármaco), ese sello tiene que estar presente en la etiqueta, en el envase, para que toda la ciudadanía se informe adecuadamente en el momento de elegir o de intercambiar medicamentos", dijo el ministro de Salud, Jaime Mañalich.

El decreto del Ministerio de Salud, que está siendo revisado por Contraloría, estipula, además, que el sello de bioequivalencia deberá abarcar el 20% del tamaño que tenga el envase y estar impreso en al menos cuatro caras de las cajas. La disposición se exigirá también para los fármacos que se vendan fuera de sus envases.

Para implementar el decreto, la industria tendrá un plazo de tres meses desde que se publique en el Diario Oficial, lo que ocurriría a mediados de abril próximo.

Mañalich dijo que en la medida en que avance la certificación de los medicamentos en el país, se podrá disponer de productos de alta calidad, al menor precio posible. "Si hay algo que nos duele como sistema de salud, es que todavía el gasto de bolsillo de las personas en medicamentos es extraordinariamente fuerte y, además, es regresivo, es decir, mientras más pobres son las familias, más proporcionalmente tienen que gastar en medicamentos", agregó.

Actualmente, el Instituto de Salud Pública ha certificado a un total de 57 medicamentos como bioequivalentes, es decir, que aun siendo productos genéricos tienen la misma calidad y efectividad que el producto innovador o de marca. Se trata de fármacos para el tratamiento de patologías simples, como alergias y otros más complejos, recetados para la depresión y el cáncer, entre otros.

Según explicó la directora del ISP, María Teresa Valenzuela, a fines de este año habrá 222 remedios certificados, que portarán el sello "para poder destacarlos y para que sea de más fácil acceso y tenga a la vista la información", añadió.

Recetas médicas

La iniciativa está asociada a un proyecto de ley que está en trámite en el Senado, que obligará a los médicos a que incluyan en sus recetas el nombre genérico del medicamento que prescriban. Esto permitirá que las personas puedan intercambiarlo por uno bioequivalente más económico.