En los últimos días se mencionó con insistencia la posibilidad de que el ex gobernante peruano Alberto Fujimori, quien cumple una pena de 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad, obtuviera un indulto por razones humanitarias si se confirmaba la gravedad de su estado de salud, lo que no ha sido descartado por el mandatario Alan García ni por el electo presidente, Ollanta Humala. Sin embargo, ayer, el panorama pareció complicarse para el padre de la ex candidata Keiko Fujimori, luego de que un informe médico ratificara que no tiene cáncer terminal ni requiere hospitalización.

El jefe del departamento de Cirugía de Cabeza y Cuello del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas, Pedro Sánchez, explicó que Fujimori padece de cáncer en la cavidad bucal -detectado en 1997- y es un paciente "de alto riesgo", debido a su edad y las constantes recaídas que ha tenido por la leucoplasia oral (lesión precancerígena en la boca) que afronta.

"Toda persona que está en un proceso de una enfermedad neoplásica siempre está en riesgo de tener alguna complicación en su salud", dijo el médico. Además, Sánchez confirmó que Fujimori perdió 15 kilos de peso (de 79 kilos a 64 kilos) en las últimas semanas, a consecuencia de un síndrome depresivo severo.

El informe precisó, además, que Fujimori es un paciente hipertenso, con lesiones quísticas en ambos lóbulos tiroideos, un quiste en el páncreas que está estable y con cálculos renales. Según Sánchez, el ex mandatario seguirá su tratamiento en la Dirección de Operaciones de la Policía, en Lima, donde cumple condena.

Sin embargo, el médico de cabecera de Fujimori, Alejandro Aguinaga, contradijo las declaraciones de Sánchez. "El está en una situación muy complicada, que va deteriorando y agravando su salud día a día", sostuvo. Anoche, el propio Fujimori, en un video difundido por su entorno, agradeció "las muestras de preocupación y solidaridad por mi estado de salud. Gracias a Dios no tengo cáncer terminal, seguiré en esta lucha para vencer esta enfermedad".

Humala abrió la puerta a un indulto humanitario, al señalar que "nadie tiene por qué morir en la cárcel", aunque luego matizó que el indulto "no es un tema de agenda en Perú".

Humala dejó en evidencia que sobre el eventual indulto a Fujimori mantiene una diferencia con su primer vicepresidente y ex fiscal anticorrupción, Omar Chehade, quien propuso trasladar al ex mandatario a una cárcel común. Aunque Chehade consideró que su idea no fue un "traspié", dijo que un eventual indulto "dependerá del cuadro médico".

Para el analista Luis Benavente, esta es una de las primeras "pruebas de fuego" para Humala. El politólogo dijo a La Tercera que cree "difícil" que lo otorgue, por su "alto costo político". En tanto, el analista Augusto Alvarez Rodrich precisó que el informe médico "debilita un poco (el indulto) ante la opinión pública".

Por su parte, la ministra de Justicia, Rosario Fernández, aseguró que el gobierno de Alan García, que culminará el próximo 28 de julio, no indultará a Fujimori. La funcionaria respondió así al jurista Carlos Rivera, uno de los acusadores de Fujimori en el proceso en el que éste fue condenado a 25 años de cárcel. Rivera dijo que García pretende liberar al ex mandatario para que la bancada fujimorista del nuevo Congreso lo apoye ante posibles denuncias de corrupción. Sin embargo, expertos citados por la agencia DPA afirman que el trámite del indulto puede tardar, al menos, cinco meses, por lo que sería imposible para García cumplir los plazos.

En tanto, la familia de Fujimori espera una resolución del Tribunal Constitucional sobre una demanda en contra del proceso legal al que fue sometido y condenado.