"Soy una Cenicienta. Soy una costurera, de abajo. Quizás hace ocho años no la hubiese nombrado, pero ahora sí, porque hoy soy una Cenicienta, luchando siempre. Pasé una infancia que no era de cuento, no nos leían historias ni nada de eso. Uno aprende después que hay otras cosas lindas, realidades distintas. Nosotros lo pasamos mal cuando niños. Nos preocupábamos de otras cosas, de llevar el pan a la casa. Pero con el tiempo conocí a la Cenicienta y ahora me siento como ella. Quizás estoy más cansada que el personaje, pero como ella voy a seguir luchando siempre".