El sistema de ingreso a la universidad, por medio de la PSU, presenta una serie de falencias.
Así lo determinó la primera auditoría pública que se conoce del test, elaborada por la consultora Pearson.
Según el diagnóstico, la prueba, entre otras, tiene fallas en la elaboración de preguntas; no está alineada con el currículo escolar; presenta altos niveles de omisión (preguntas no respondidas); y no es lo suficientemente capaz de predecir el desempeño futuro de los alumnos en la universidad, que es uno de sus objetivos fundamentales.
Si bien el informe no analiza los costos, un análisis del Mineduc comparó el costo con el de pruebas internacionales. La conclusión: "Si se considera la paridad del poder de compra y el ingreso per cápita, es evidente que el sistema nacional de admisión no es barato", dice la propuesta que el ministro de Educación, Harald Beyer, presentó el jueves a los rectores.
El test tiene un costo de $ 24 mil por alumno; es decir, US$ 52. El Estado financia, con una beca, a los egresados de colegios municipales y subvencionados. En 2012 se invirtieron, por ese concepto, $ 4,6 mil millones. Si se suman a quienes dan el test por más de una vez (no cubiertos con la beca) y a los egresados de colegios privados, el Demre, que administra el test, recibiría más de $ 6 mil millones.
El SAT, una de las pruebas de admisión más usadas en EE.UU., cuesta US$ 73 por estudiante, un 37% más que el examen chileno. El ACT, el otro test usado en EE.UU. y en Canadá, cuesta US$ 50.
¿La diferencia? Los valores de los exámenes norteamericanos incluyen todas las veces que se rinde el test: seis al año. De ellas, el alumno escoge su mejor puntaje para postular. Además, incluye un ensayo escrito, que, según los expertos, encarece el proceso por lo complicado que resulta corregirlo.
"Creo que la prueba es cara para lo que ofrece", dice Beyer, quien agrega que "creemos que es posible hacer una prueba de más altos estándares sin subir los costos" y que, incluso, se podría financiar un ensayo escrito.
Según el ministro, lo más caro es elaborar las preguntas y los test técnicos para que las interrogantes no tengan sesgo, áreas que, según el informe Pearson, tienen las mayores debilidades. ¿La explicación? "¿Quién presiona hoy para que las cosas mejoren?: nadie, porque no hay separación entre quien testea y quien elabora la prueba", dice Beyer. Agrega que: "No es un problema de quien hace la parte técnica, sino de cómo está armada la institucionalidad".
Jorge Manzi, director de Mide UC y uno de los creadores de la PSU, concuerda en que es técnicamente posible rendir la prueba dos veces al año, pero, dice que para producir varias veces al año una prueba se requiere una mayor inversión. Más aún si se quiere agregar nuevos instrumentos. "El ensayo escrito en EE.UU. costó 25 a 30 dólares por alumnos adicionales, porque para corregir una prueba hay que pagarle a una persona".