De los "dones" y "destrucciones" asociados al océano, Pablo Neruda no habría tenido dudas al elegir: "Escogería tu reposo distante". La selección del poeta, hoy más sensata que nunca, está al inicio del poema El gran océano, momento clave de Canto general. Ahora brilla en la página 245 de una nueva Antología general de Neruda. Con pocas dudas, la mejor: en más de 700 páginas desfila una generosa muestra de su obra poética, acompañada de textos en prosa, varios estudios sobre su obra y un raro inédito. Lo mejor es que el libro tiene un gemelo: Gabriela Mistral, en verso y en prosa, también una antología inigualable.
Fuerzas telúricas mediante, los libros son ahora los testimonios concretos del cancelado V Congreso Internacional de la Lengua Española que esta semana se iba a celebrar en Valparaíso. Conmemoran, ahora, un encuentro colgado en internet. Publicados por la Real Academia Española (RAE) y Alfaguara, los volúmenes están en toda Hispanoamérica a un precio más accesible que lo común. En Chile su valor es de $ 7.500.
Preparado por Cedomil Goic, Gabriela Mistral, en verso y en prosa incluye los libros que publicó (Desolación, Ternura, Tala y Lagar), además de una selección del póstumo Poema de Chile, con versiones alternativas inéditas de algunos poemas. Los totalmente desconocidos son dos: Ronda de la granada, de septiembre de 1938, y Ella quiso ser nube, sin fecha especificada.
El volumen se completa con 100 páginas de una selección de la prosa de Mistral: textos religiosos, cuentos infantiles, ensayos sobre la lengua española, un perfil de Alfonso Reyes y, entre otros, su Decálogo del artista: "No hay arte ateo. Aunque no ames al Creador, lo afirmarás creando a su semejanza", anota severamente creyente. Para dar una imagen general de la poeta están los estudios de Gonzalo Rojas, Carlos Germán Belli, Grinor Rojo y Adriana Valdés, entre otros.
Neruda clandestino
Aunque completísima, la antología de Mistral carece de la picardía biográfica que el volumen dedicado Neruda encuentra en el inédito La crónica de San Pancho, cedido por el abogado y bibliófilo Nurieldín Hermosilla. Es un texto de ánimo lúdico que ficciona su paso por una precaria y solitaria cabaña ubicada entre Punta de Tralca y El Quisco en 1948. Ahí estuvo un mes, entre el 20 de noviembre y el 20 de diciembre. Esa casa de madera fue uno de los 11 refugios por los que pasó durante su clandestinidad: el gobierno de Gabriel González Videla lo perseguía después de haberlo desaforado como senador.
Escrito el 25 de enero de 1949, a pocas semanas de salir de Chile, La crónica de San Pancho fue su forma de agradecerle a Francisco Cuevas Mackenna por prestarle la cabaña. Revelador del estilo bromista que Neruda llevaba con sus amigos, el texto tiene una entrada manuscrita en la que el poeta apunta: "Naturalmente este original no sirve para publicarse ni siquiera para leerse, pero lo dejo en prueba de amistad".
"Los orígenes de San Pancho se remontan a siglos antes de nuestra era. Ya era conocida de los fenicios", empieza Neruda. Luego crea una mitología donde circulan personajes como Paykko (Luis Cuevas Mackenna), el Farraón Pingha Nillah (González Videla), la Abadesa Horgami (Delia del Carril) y Ner Udah, el propio poeta.
Editada por Hernán Loyola, biógrafo del poeta, la Antología general es bastante más que el anecdótico inédito. En su estructura cronológica se cruzan poemas de todos sus libros con textos narrativos: cartas desde su destino diplomático en Rangún, un discurso de 1933 leído junto a Federico García Lorca, una nota sobre la muerte de César Vallejo, artículos en revistas, extractos de sus memorias, Confieso que he vivido, etc. Al panorama crítico aportan textos de Jorge Edwards, Alain Sicard y Pere Gimferrer, entre otros. La nota de Loyola es esclarecedora: en 25 páginas recorre y detalla el impacto de la biografía de Neruda en su poesía. Se cruzan amor, política e historia. Tal como la antología de Mistral, este libro basta adentrarse en el universo del poeta.