Cuando este miércoles el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, llegó hasta el convento de las Siervas de Jesús para notificar al sacerdote Fernando Karadima de la sentencia definitiva de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la máxima autoridad de la Iglesia de Santiago pidió al ex párroco de El Bosque firmar el decreto con su condena. El clérigo lo hizo y, según cuentan algunos de los presentes, "se veía muy afectado".
Fuentes eclesiásticas explican que, en ese mismo encuentro, Ezzati planteó a Karadima que realizara algo más: hacer un reconocimiento del daño causado y, por primera vez desde que se inició en 2005 el proceso eclesiástico en su contra, pedir perdón.
Estas fuentes cuentan que Karadima no estuvo de acuerdo. Allí estaban el ex párroco de El Bosque Juan Esteban Morales, uno de sus más cercanos, y también el vicario de la Zona Cordillera, Fernando Vives.
Estas fuentes explican que Karadima sostuvo que era inocente de los cargos por los cuales se lo condenó en primera instancia, y que fueron ratificados en el decreto final. Estos son abuso sexual de menores y adultos, además de abuso de poder.
La petición de Ezzati se produce luego de que en la sentencia del 8 de junio (notificada este miércoles 22) se estableciera que será el arzobispo de Santiago, junto a la Congregación para la Doctrina de la Fe, la que deberá determinar la residencia definitiva del clérigo.
El arzobispo también deberá velar porque en esta residencia el ex párroco lleve una vida de oración y penitencia, sin mantener ningún contacto con sus ex parroquianos o con los miembros de la Unión Sacerdotal.
Consultado sobre la conversación con Karadima, Ezzati sostuvo que sus diálogos con el clérigo fueron de "temas pastorales" y declinó profundizar en el tema.
La resolución
El fallo del Vaticano, de dos páginas, está firmado por el cardenal William Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y el arzobispo Luis Francisco Ladaria, secretario de la orden.
En el decreto se sostiene que se rechaza el recurso de apelación interpuesto por Karadima el 18 de marzo.
En el documento se estipula, también, que se retira al ex feligrés Luis Lira Campino como víctima menor de edad.
La parte de las sanciones tiene tres puntos. En el primero, se afirma que Karadima deberá retirarse a una vida de penitencia y oración, evitando todo contacto con los miembros de la Unión Sacerdotal.
En el segundo punto, se plantea que tendrá prohibición perpetua para ejercer públicamente el ministerio sacerdotal. También, de dirigir espiritualmente a alguien e, incluso, de confesar.
En el tercer punto, se sostiene que Karadima no podrá ejercer ningún cargo en la Unión Sacerdotal.
En la última parte del decreto se explica que, en la eventualidad de que el clérigo incumpla las resoluciones en su contra, podrá aplicarse una sentencia más grave en su contra. Entre estas opciones figura la reducción al estado laical.
Ayer, tras celebrar la misa de Corpus Christi, Ezzati se refirió a los dichos del abogado eclesiástico de Karadima, Juan Pablo Bulnes, quien sostuvo que pedirá flexibilizar las visitas a Karadima.
Descartó que ex parroquianos puedan visitarlo, pero pidió a otros cristianos ir a verlo por "misericordia".
Agregó que "yo lo puedo visitar en cualquier momento y voy a encargar a algún sacerdote que lo pueda visitar constantemente para darle el apoyo espiritual y humano que necesita". En la ceremonia estuvo presente el obispo auxiliar de Santiago, Andrés Arteaga, quien también valoró la resolución.